En principio es razonable esperar un tiempo más prudente para los análisis exhaustivos porque son momentos donde florecen muchas emociones juntas. Desde suma tristeza a bronca, y vergüenza. Y dentro del conjunto de emociones hay que tratar de no dejarse tentar por los superlativos. Ni Argentina está muerta, ni hay que empezar de cero, ni mucho menos pensar que no pasó nada y fue solo un partido.
En todo orden los juegos de equipo por oposición, como el básquet, siempre tienen sus principales razones de proceso en los hechos colectivos, esto una verdad que no puede modificarse por mucho que se quiera cambiar la realidad.
Se sale campeón porque los jugadores, entrenadores y dirigentes acertaron en sus decisiones y se fracasa porque ese tridente no ha funcionado bien. Los dirigentes y entrenadores no tiran un solo tiro al aro en toda la temporada. Jamás. Pero los jugadores no podrán nunca sacar el máximo provecho de sus virtudes deportivas si no tienen las herramientas y el contexto para hacerlo, se necesitan.
Es razonable aceptar que la no clasificación de Argentina al mundial de Japón - Filipinas e Indonesia, que comenzará el próximo 25 de agosto, es un componente de situaciones colectivas. Determinar que se gana por los jugadores, pero se pierde por el entrenador, es acceder a una clase de pensamiento mágico que no ayuda a ningún análisis.
En todo el proceso de ventanas que se vivió la dirigencia tendrá que pensar muy bien si las decisiones tomadas para garantizar el óptimo funcionamiento de su localía estuvieron bien planeadas. Entregarle la localía a Venezuela, jugando en Obras, con 2500 venezolanos en la cancha no parece haber sido una gran idea. Todo lo contario. Fue subestimar la ventana.
Además ¿fue la decisión correcta contratar a Néstor García? ¿Y echarlo? República Dominicana estaba perdido y Argentina le sirvió en bandeja uno de los pocos agentes estabilizadores que había en el mercado. Un regalo que se convirtió en nuestro verdugo.
¿Por qué apelaron a Pablo Prigioni, un ex GD que está comenzando su carrera de coach, cuando se sabía del nivel de equilibrio que mostraba la clasificatoria? Prigioni asumió con el consenso de la opinión pública. Hay que recordar que la enorme mayoría estaba de acuerdo con que se hiciera cargo. Hoy tenemos los resultados en las manos, el “Che” se fue 6-2, Pablo consiguió un 2-2 y la derrota de local que nos quitó la última esperanza. Todo esto tiene que dejar una enseñanza.
En tanto el entrenador busco administrar el talento que se ofrecía por ventana. A veces con los jugadores que juegan en Europa, a veces solo con los del mercado local. Encontrar una identidad de juego ante semejantes cambios es muy difícil. Hacer rotaciones largas, solo para mantener dinámica muchas veces funciona pero no es una solución por sí misma. Hay jugadores que cuando la vara sube, las dificultades no la pueden sortear.
Y finalmente están los jugadores. A quienes, por varios motivos, la mayoría de la gente los miran con ojos de enamorados. Y esto nos nubla un poco el análisis. Los jugadores argentino no son tan buenos como creemos a nivel internacional, lo mismo que los rivales no son tan malos. Competir de igual a igual es ya lo único que podemos hacer (Y solo cuando tenemos el equipo completo).
El mayor talento ofensivo que tiene la selección es el base, mide 1.77 mts y se encarga de pasarle la pelota redonda a todos para que puedan anotar con tiempo y espacio. Y en el último semestre jugó 52 minutos en 8 partidos de NBA y ahora 8 partidos en el Estrella Roja de Belgrado en los últimos dos meses.
En el marco del todopoderoso Campazzo es que podemos analizar al resto. Si el líder de la selección no está en su mejor momento el resto debería suplirlo con argumentos reales. Y hoy ya no están Ginóbili – Nocioni – Scola. No hay ningún NBA que se cargue esa responsabilidad. Está Carlos Delfino que compite a gran nivel, pero en el cierre de su carrera.
El ala pivote de las últimas ventana fue Juampi Vaulet, que carece de tiro tres puntos, se sumó Pato Garino, recuperándose de quien fuera, llegó ahora Gabriel Deck, único de primer nivel europeo, que no tiene al lanzamiento externo como su especialidad. ¿Cuál es el cuatro tirador del equipo? En un mundo donde ya los cinco son especialista en tirar de tres.
Y aún peor, ¿Cuál es el escolta goleador de la selección?. Desde “Pichi” Campana hasta el retiro de Ginóbili siempre hubo un escolta goleador. Hoy no hay. Esa posición la cubren entre Laprovíttola y Luca Vildoza. Que son enormes jugadores de alto nivel europeo que en sus clubes juegan de base. Tampoco existe el cinco intimidante y definidor que pueda compensar con su juego de poste.
Entonces los jugadores suplen todo con otras herramientas. Visión de juego, comprensión táctica, virtudes emocionales, entrega, sacrificio. Es la inteligencia y la actitud lo que nivela a los nuestros. Hay dinámica y hay entrega, pero no hay gol.
La verdad nos indica que en las eliminatorias, sin Gabriel Deck, sin Campazzo, sin Laprovíttola y sin Vildoza no deberíamos jugar. Lamentablemente el resto es improvisar. Carecemos de un cinco de nivel internacional y si dejamos de lado el enamoramiento para juzgar a nuestros jugadores, todos los demás están en un plano de igualdad al resto del continente que no marca ninguna superación.
La realidad nos marcó que en América hay un plano de igualdad que nos obliga a ser más estrictos con las decisiones de armado de plantel y desarrollo. No clasificamos a un mundial porque se nos escapó de las manos, de local y ganando hasta por 17 en el tercer cuarto. No estuvimos lejos, y esas derrotas pueden ocurrir, del mismo modo que Francia perdió con Argentina en el mundial de China 2019.
Este baño necesario de humildad y no creernos que el básquetbol argentino por si solo puede conseguir triunfos es una invitación a reflexionar en cada área de las necesidades que presentó esta eliminatoria.
Pablo Tosal
@pablotosal
No soy una luminaria del básquet, pero muchas veces posteé por acá que no tenemos nivel para competir con las potencias. Muchos me putearon y casi que me acusaron de antipatria por decir eso. Ganamos una Americup pobre ante un Brasil tan pobre como nosotros, y eso camufló las falencias de años. Alguna vez me pareció buena la idea de los 20 equipos jugando todos los días. Pasado los años veo que fue un error y quizás haya que rever esa decisión, lo mismo que la cantidad de extranjeros por equipo. No puede pasar que los jugadores juveniles se tengan que ir con 15 o 16 años a Europa para entrenar 4 o 5 días a la semana y jugar 1 o 2 partidos por fin de semana como mucho. Los jugadores jovenes no entrenan nunca acá porque se juega casi a diario y tampoco juegan porque no los ponen. ¿En qué momento van a desarrollarse como jugadores, mejorar sus virtudes y pulir sus defectos? La LDD es un fracaso. ¿Cuántos jugadores buenos salieron de ese experimento? ¿Se justifica mantenerla para los muy magros resultados? Ya pasaron muchos años; hay sufuciente evidencia como para hacer un análisis riguroso. Prima facie, fue un desperdicio de tiempo y dinero. Por eso no sólo hay que ver la mayor, sino mirars también cómo nos está yendo en las selecciones juveniles. ¿Qué jugador con real proyección hay? Antes los jugadores se formaban acá y se pulían en Europa. Ahora se van directamente a formarse allá. Va de nuevo: si no entrenan, ¿cuándo van a aprender a jugar al básquet? China 2019 fue un error en la Matrix que ocultó cosas que explotaron en Tokyo, donde nos comimos puras palizas salvo con Japón, que a excepción de Watanabe y.Hachimura, los otros jugadores tenían nivel de TNA. La Americup fue una repetición a escala de China, y ahora nos vemos las caras con la realidad con esta eliminación. No soy en absoluto optimista respecto del futuro porque no se avizoran los cambios dirigenciales y estructurales necesarios. PD: qué bueno volver a ver a Tosal otra vez por estos pagos.
ResponderBien tu comentario en gral., Y otra cosa, a los chabones nuestros el periodismo los infla mucho y los chicos se lo creen, y no se dan cuenta que estan muy lejos de ser grandes jugadores
Edu 28/02/2023
Esto se veía venir, tarde o temprano iba a suceder Vamos en contramano del mundo. Cuando el resto hace entrenar mucho ( y bien ) a sus jóvenes , nosotros al revés , demasiados partidos y poco entrenamiento. La escuela de fundamentos no existe en este país prácticamente. Párrafo a parte nuestra competencia doméstica . Muchos jugadores que no dan la talla para estar en la A . Demasiados equipos con escaso personal para afrontar encuentros y de manera casi consecutivos. Debemos mirar menos a europa y mucho menos a la NBA . Nuestro espejo debe se Australia. Con 10 equipos ( 1 de NZ ) son fuertisimos porque concentran sus mejores jugadores en pocas franquicias .
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