La semana de la Liga Nacional arrancó con la salida de Leo Hiriart como entrenador de Comunicaciones. Se convirtió en el 12° que deja su cargo en la temporada 22-23, récord si consideramos los nueve del anterior torneo. ¿Cuales son las razones? ¿Solo malos resultados? ¿Errores dirigenciales? ¿Poca paciencia? ¿Entrenadores sin respuestas? Un mix explosivo que incomoda la profesión y el presente futuro de los equipos.
Los siete elencos que se encuentran abajo en la tabla cambiaron de entrenador. Tendría sentido pensando en mejores resultados y salir de una situación incómoda, aunque también es el demérito dirigencial a la hora de seleccionar entrenadores que no rinden o no los consideran capaces de sostener un proyecto más allá de resultados adversos. Y la mayoría de sus sucesores no tienen experiencia en Liga ni menos para estar en una posición tan incómoda.
Quizás el caso más extraño es el de Atenas. Cambió cuatro veces de entrenador en la temporada, algo insólito y hasta poco profesional en un equipo de elite. Claudio Arrigoni se mantuvo en principio, equivocó cambios de extranjeros, nunca tuvo un plan B y fue lógica su salida.
Llegó Sebastián González, quien apenas duro un puñado de partidos. Incómodo en la idea de juego, sin encontrar soluciones y decidir dar un paso al costado. Se quedó Elián Villafañe, quien nunca encontró el equipo ni la vuelta de tuerca para sacarlo del pozo. Ahora Álvaro Castiñeira, con mayor experiencia, otra manera de manejar el grupo y ya con un resultado a favor. Todo ésto cuando la dirigencia de Atenas dejó en claro que Villafañe seguiría hasta fin de campeonato...
El mismo Sebastián González llegó a Riachuelo. Luego de la salida de Daniel Farabello por malos resultados dentro de un equipo con muchas pretensiones y nombres, apareció el cordobés en escena, quien días antes había dejado Atenas. No hubo paciencia con Farabello, quien ya había llegado en la Liga anterior tras ser asistente principal. González, modificó ciertas piezas, y cambió el rumbo aún con dificultades. En La Rioja parece que González sí encajó.
San Lorenzo también movió sus fichas desesperado. El azulgrana con un equipo muy flaco de billetera para iniciar el torneo y Quintans de entrenador como hombre del club. El equipo se vino a pique y rodó la cabeza cambiando por Leonardo Costa, quien viene de dirigir en Lanús, tiene experiencia en Liga femenina pero ninguna en la Liga para tomar otro fierro caliente.
Unión tuvo a Juan Ponce tras sus ascensos con el equipo y la pasada temporada también en Liga. Una renuncia inesperada por conocer al club pero los resultados apremiaron. Llegó Gabriel Picatto, quien nunca tuvo un ida y vuelta con el plantel, equivocó los cambios y la dirigencia se lo hizo saber. Sebastián Puñet quedó a cargo. Un novato para soñar con la remontada.
Argentino también cambió buscando soluciones. La salida de un experimentado como Eduardo Japez pero sin éxito en la idea de juego y resultados. Regresó un hombre de la casa como Matías Huarte, siendo la primera opción. Comunicaciones fue el ultimo con la salida de Leo Hiriart, quien arrancó muy bien con el equipo, lo sacó de la parte baja pero los resultados adversos en las últimas presentaciones hicieron que la dirigencia tome una decisión ¿Apresurada? ¿Resultadista' Quizás. De hecho Comu arrancó con un novado como Saldaña el torneo para reemplazarlo por Hiriart. Ya había estado Laginestra y anteriormente Rearte, todo en menos de dos años.
En la parte alta también pasaron cosas. Boca sin rumbo y perdiendo posiciones y margen decidió la salida de Gonzalo García tras un par de temporadas. Apeló a los malos resultados, lo sucedido en la Liga Sudamerican siendo un equipo sin ideas para semejante plantel. Carlos Duro se quedó a cargo hasta hoy. Quimsa se vio con un par de malos resultados, desesperación por caída en las posiciones y adiós Córdoba, otro entrenador sin experiencia en Liga a la hora de llamarlo para semejante objetivo. Llegó Leandro Ramella tras su exitoso paso por Peñarol.
Habrá que repensar por donde pasan los mayores errores. Si tienen un mayor porcentaje los entrenadores o bien las elecciones de parte de los dirigentes para las contrataciones con los agentes de por medio. No es de hoy cortar entrenadores, de hecho es algo normal en caso de no concretar objetivos, pero no deja de ser llamativo la cantidad y en tan poco tiempo. Cada club deberá revisar que pretende, cómo lo pretende y los entrenadores pensar dos veces antes de entrar en una puerta giratoria.
José Fiebig
@Josefiebig
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