En la previa llegaban dos equipos con realidades diferentes, por un lado, el local buscando salir del fondo llegando tras dos derrotas en fila en la ruta; mientras que la visita arribó a la capital santafesina tras superar ajustadamente a Independiente en Oliva.
El comienzo del encuentro fue parejo, con ambos equipos buscando solidificar la defensa e intentar con paciencia anotar en territorio ajeno. Sobre la mitad del parcial comenzaron a aparecer los tiros a distancias en ambos elencos y se fue rompiendo la monotonía del arranque.
Sobre el final del parcial con las rotaciones en cancha el juego entró en una meseta en la cual Unión sacó una pequeña ventaja.
El segundo parcial continuó similar al primero Unión intentando imponer su juego vertical y vertiginoso, mientras que Boca buscó ir anotando con variantes. Al no encontrar respuestas dentro del rectángulo, Carlos Duro acudió al tiempo muerto buscando aire en su equipo.
A la salida de este el juego no varió en su desarrollo, aunque si el Xeneize se puso en juego nuevamente desde las manos de Martín Leiva con un doble desde el poste bajo y un tremendo triple a distancia sobre la chicharra para cerrar el primer tiempo igualados.
El segundo tiempo transcurrió dentro de la paridad que se venía desarrollando el juego. Con momentos para cada lado, ya que cuando Unión pegó, Boca se rebobino y encontró como regresar rápidamente y viceversa.
Fundamentales los lanzamientos lejanos en este parcial para que ambas escuadras tomarán ventaja.
El último chico se disputó con una gran intensidad e inyección anímica. Unión fue mucho mejor que su rival, mereció largamente el triunfo, aunque los nervios propios de lo que se está jugando el Tatengue lo privaron de poder cerrar el partido de mejor manera.
La visita fue inteligente, tuvo mayor paciencia para resolver las últimas acciones y se llevó un triunfazo de Santa Fe por 86 a 84.
Informe y fotos: Prensa Unión.
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