Nicolás Gianella decidió ponerle fin a una mas que exitosa carrera, dejando una huella con cada camiseta que vistió. De jugar con 16 años en Gimnasia, a ganar la Liga Nacional o conquistar Europa. Su determinación lo llevó a ser uno de los mejores jugadores en una camada de oro. Que fue y que dejó el Mago.
Las Pastillas del Abuelo rezan en una canción: “No está mal que terminen las historias, mientras haya historias que contar” y acá hay una que quedará grabada para siempre. El camino del basquetbolista no siempre es grato, en una vida casi de nómade cambiando colores y de ciudades en un recorrido que no siempre está claro. Pero al fin de cuentas, lo importante está en el viaje y no en el destino final y alguien que lo supo mejor que nadie es Carlos Nicolás Gianella.
El Mago decidió ponerle fin a su exitosa carrera, donde acumuló, kilómetros, experiencias, alegrías y tristezas, pero siempre con una idea clara hasta su último juego frente a Atlético Pilar, siendo el jugador mas determinante del Tripero en su temporada de despedida.
Nicolás pudo cerrar su etapa como profesional, quizás de la mejor manera posible, con el escudo en el pecho del club que lo vio nacer. Gimnasia y Esgrima La Plata fue su primer hogar, su primer amor, la institución en la que debutó a los 16 años y en la que se erigió como lo que finalmente terminó siendo: el jugador mas preponderante de la historia de la ciudad de La Plata.
Su primera salida de la ciudad de las diagonales terminó siendo hacia otra localidad que lo guardará por siempre en su memoria, Olavarría. Lugar donde consiguió el trofeo de campeón de la Liga Nacional, con una volcada suya para decretar la coronación y las lágrimas, del entonces entrenador, Sergio Oveja Hernández, aquel 25 de mayo frente al poderoso Griego cordobés.
No es necesario hacer un recorrido puntilloso sobre su carrera, plagada de grandes momentos como los vividos en Europa y otros sinsabores, como la lesión que lo marginó del Premundial de Santo Domingo, con la selección mayor, en 2005. La carrera del deportista está llena de momentos buenos y otros malos, pero algo que nunca negoció Gianella fue su compromiso.
El trabajo, la perseverancia y la disciplina le dio la chance de llegar al epílogo de su carrera en un estado envidiable, que le permitió elegir donde y cuando decir basta . Y el Mago sabía desde el primer día cual iba a ser el escenario para sus últimas funciones: su club, el de siempre.
Y fue en su Gimnasia y Esgrima donde demostró que, su buen cuidado físico, le permitiría jugar el tiempo que el quisiera (fue el goleador del equipo), pero que no se trataba solo de ganar, sino que la finalidad era aún mas profunda, la de dejar un legado y, a cambio, recibir el afecto de su gente.
Y así fue como llegó ese día, en el que el mago decidió colgar la galera, guardar la varita en el estuche y soltar a los conejos. El último aplauso será para siempre, como el legado Gianella, el del trabajo y el compromiso, el de la lealtad deportiva. Un legado que vive en cada nene que visitó el Polideportivo Víctor Nethol con la azul y blanca junto al 10 en la espalda, los que juegan y sueñan con ser como Carlos Nicolás. De la misma manera que él algún día lo soñó.
Raúl Della Rosa
@rauldellarosa
Lobom 09/04/2023
Mago te vamos a extrañar en las canchas, ver tu elegancia con la pelota, esos movimientos, verte volar en las penetraciones! Quedara grabado en la memoria de muchos, sos leyenda! Admiración total
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