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Miami: el triunfo de una cultura

Por primera vez en 24 años un octavo preclasificado a los playoff logra alcanzar las finales de la NBA, con una particularidad sin precedentes: Dadas las reglas que reinan hoy en día, Miami tuvo que disputar dos partidos de play-in (¡perdió el primero!) antes de acceder a la postemporada. Aquella trabajada victoria por 102 a 91 frente a los Chicago Bulls parece de otra temporada.

El Heat llega a la gran definición por séptima vez en su historia; la última que jugó fue en la burbuja de Orlando, allá por 2020, en la que cedieron frente a los Lakers de LeBron James.

Los dirigidos por Erik Spoelstra fueron derribando cada una de las apuestas en contra: Se deshicieron increíblemente de los Milwaukee Bucks (4-1) en primera ronda, en segunda derrotaron con autoridad a los New York Knicks (4-2), al tiempo que en las finales del Este pareció irrisoria la gran diferencia al adelantarse 3-0 frente los Celtics, el candidatos de todos.

La gente puede identificarse con este equipo”, dice Spoelstra. “La vida es dura, inevitablemente los contratiempos ocurren, se trata de cómo los atravesás: El sexto juego podría haber perforado el espíritu de este equipo. Sin embargo, nos impulsó con más decisión”, agregó el entrenador de 52 años, una de las grandes razones para explicar el éxito de Miami. El coach llega 26 años en la franquicia: 11 como asistente y 15 como entrenador en jefe.

Otra, sin lugar a dudas, es Jimmy Butler. Al igual que en 2020, el alero fue la gran estrella dentro de un equipo que sabe a lo que juega y posee un rendimiento muy parejo; tiene una media de 28.5 puntos, 7 rebotes, 5.7 asistencias y 2.1 recuperos en 39.4 minutos a través de los 17 partidos que lleva disputados en estos playoff. Nada parece poder detenerlo cuando algo importante está en juego.

Capaz de tirar prácticamente solo del carro, como cuando les anotó 56 y 42 puntos a los Bucks, o también de tener un mal día (5/21 de cancha) pero de todas maneras ejecutar la jugada que le hubiese dado la clasificación en el juego seis frente a los Celtics.

No obstante, cuando se habla de Miami parece injusto hacerlo sobre nombres propios, ya que lo que caracteriza a la franquicia del Estado de Florida es su cultura deportiva.

Muy pocos equipos en la historia de la NBA pueden jactarse de ello; porque una cosa es una dinastía, y otra diferente una cultura, un modelo de trabajo que se sostiene a lo largo de los años. La cabeza no es otra que Pat Riley, quien acaba de alcanzar sus finales número 19 tanto en su rol de dirigente, entrenador o jugador. El trabajo y el esfuerzo minucioso no es negociable para el gran Pat, que una vez más logró formar un equipo apelando a la inteligencia y la optimización de los recursos.

Duncan Robinson, Max Strus, Gabe Vincent, Caleb Martin, Kevin Love y Cody Zeller llegaron a Miami como agentes libres. El reconocimiento de las necesidades y la búsqueda de la pieza que encaje a la perfección es toda una característica de esta dirigencia. Martin es el tercer máximo goleador del equipo con un promedio de 14.1 puntos, y está tirando para un 56.6% de cancha. Mientras tanto, Vincent anota 13.1 tantos por noche. Ambos son baluartes en el costado defensivo.

Por su parte, Tyler Herro (se espera que llegue para el tercer partidos de las finales) fue drafteado con el pick 13 en 2019, y Ban Adebayo con el 14, dos años antes. Butler llegó desde Philadelphia a cambio de Josh Richardson, Hassan Whiteside y un pick de primera ronda, al tiempo que por Kyle Lowry dieron a cambio a los Raptors a Goran Dragic y Precious Achiwa.

En cuanto a lo grupal, Miami es la sexta mejor defensiva de estos playoff, con una eficiencia de 111.5 puntos cada cien posesiones, y enfrente tendrá no solamente a la mejor ofensiva (Denver anota 119.7 pts cada 100 posesiones), sino a las dos individualidades con las que nadie ha podido hasta el momento: El resurgido Jamal Murray (27.7 ppp) junto a Nikola Jokic, el jugador más determinante de esta postemporada.

Una vez decretada la victoria ante los Celtics en el séptimo y decisivo encuentro, el Heat voló directamente hacia Denver, donde a partir de mañana comenzará la búsqueda del cuarto anillo en la historia de la franquicia. Una historia que ha tenido siempre una misma ética de trabajo.

Sebastián Ciano

www.pickandroll.com.ar

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