Pasó la Americup U18 en Buenos Aires dejando interesantes conclusiones a la espera de otro mundial y un proceso que se sostendrá luego de la clasificación obtenida. Argentina logró, en principio, el objetivo del boleto y le agregó una final en el torneo, una situación que no se repetía desde 2008. Por ende, se cumplió con creces desde el resultado, el camino, y la tensión y responsabilidad de jugar en casa, cerrando con sonrisa aún cediendo la final. Veamos.
Argentina llegó al torneo luego de obtener el Sudamericano U17. En dicho torneo, fue de menos a más, y sorprendentemente no disputó la final ante Brasil, sino ante Venezuela. Minzer como estandarte (dando un año de ventaja), sin Kropp, pero con un colectivo que ofreció soluciones, ritmo, corazón, entusiasmo sacando adelante desde lo grupal cada encuentro. Algo parecido se vio en la Americup.
Nuevamente con Mauro Polla al frente, el equipo tuvo el agregado de Tyler Kropp, quien ya venía con una experiencia previa en un torne FIBA Américas pero con su camada (es clase 2007). Sin dudas, su presencia fue un foco de luz en todo momento para que Argentina pueda resolver muchos problemas cercanos al canasto. Un jugador con presencia, gol, rebote, autoridad y tomando decisiones a distancia, sin ser un súper atleta pero eficiente y con carácter. Una joyita para la posición que tanto anhelamos y necesitamos.
El torneo, lo tuvo a Argentina cara a cara ante Estados Unidos, Brasil y la sorprendente Belice (por primera vez clasificada a un torneo previo a un mundial tras su formidable CentroBasket). Una incógnita era ver como la localía influiría en jugadores de 17 y 18 años con sus familias, amigos y mucha gente viendo la transmisión (no toda porque fue a través de Basquet Pass y no abierta) con el boleto al mundial en juego, ni más ni menos.
El partido ante Estados Unidos marcó una pauta. Argentina jugó un gran partido, concentrado, metido de lleno, mordiendo en defensa, y con sus líderes mostrando su calidad individual. El elenco norteamericano necesitó un gran último cuarto para quebrar la resistencia de un equipo albiceleste que se mostró seguro, firme colectivamente pero carencias ofensivas que sostendría a lo largo del torneo para intentar sacar alguna ventaja.
Si hablamos de un foco y una presencia en éste equipo, hay que señalar directamente a Felipe Minzer. El alero del Zaragoza redobló la apuesta y otra vez ( como en el Sudamericano U17) dio muestras de su talento, evolución (mayor eficacia a distancia), velocidad y liderando al equipo en todo momento (sobre todo las malas).
Su ausencia ante Brasil (conmoción vs Estados Unidos) dejó muy expuesto al equipo. Argentina perdió el segundo juego sin encontrar (salvo Kropp) jugadores que desplieguen desde lo individual un salto cualitativo y cuantitativo para "reemplazar" los números de Minzer. Todos desde su rol, colaborando y siendo importantes pero sin acaparar el costado ofensivo en su plenitud. Uno de los grandes puntos a resolver en el próximo mundial.
La victoria ante Belice, y posterior segundo puesto (además de la vuelta de Minzer) les cambió la cara a todos. Argentina mejoró su performance colectiva, Polla fue buscando los roles de cada uno, el compañero de Kropp en el quinteto (Pratto o Cogliati) buscando solidez en la última línea, además de completar el backcourt (Pikaluk le ganó el duelo a Fernández Lang) para dar un paso al frente en ataque.
Argentina logró la clasificación en el siguiente paso. Se impuso ante un Venezuela de gran nivel, dentro de una noche tensa, con un boleto en juego, una diferencia que la vinotinto supo limar pero el equipo con sus líderes que tomaron la lanza y fueron en búsqueda de su tesoro. Sucatzky - Minzer - Kropp y el resto los siguió como buenos escuderos.
Un buen grupo forjado desde ahí, todos tirando para adelante y yendo por más. El enfoque y la tónica se repitieron ante Dominicana dentro de un difícil contexto ante un buen elenco centroamericano generando otra sonrisa en la gente, la cual se sintió identificada con los hecho por los pibes.
El equipo siempre mostró buenas facultades para esconder carencias o cuestiones técnicas/físicas. La picardía de Sucatzky para generar, cambiar el ritmo, con buen gol (deberá mejorar sus porcentajes a distancia), además de su personalidad fueron puntos claves. Fernández Lang como opción en el tiro para ejecutar colaboró por momentos y Costa en el costado defensivo.
Una interesante aparición de Farías, bien armado físicamente, rápido y buen pasador más Pikaluk a distancia como diamante y Folmer como un cazador que busca a su presa en defensa además de su carisma y porte para atacar y animarse a distancia. ¿Alcanzará en el mundial? Habrá que subir un par de escalones y dar algo más sin dudas.
Los internos serán una cuestión a resolver (como suele suceder). Salvo Kropp, quien indudablemente es el referente, aún sin ser un dominador en el poste pero con recursos, velocidad para ejecutar, buena talla y porte sumando el tiro de tres y su capacidad rebotera, todo con solo 17 años, el resto sigue en modo proceso.
Si bien no es una cuestión de talla o movilidad (los tres seleccionados lo tienen además del agregado del tiro de tres como opción), aún hay que esperarlos en búsqueda de un desarrollo dentro del juego, defensa, intensidad, enfoque, físico y cuestiones tácticas y técnicas a resolver. Mucho que trabajar en esos aspectos.
Un buen desempeño, objetivos más que cumplidos pero con la misión de subir escalones, mejorar en ambos costados y empezar a pensar en modo mundial. Kropp y Minzer como estandartes pero la necesidad de encontrar otro cómplices que sigan levantando vuelo al igual que el juego y la intensidad defensiva. Que todo no termine en ellos sino que el todo sea una mayor respuesta para y con ellos.
Serán necesarias mayores herramientas para competir, y cada eslabón tenerlo en otro escalón. Personalidad, carácter sobra, pero serán necesarias mayores armas para luchar en la competencia que se avecina. Desde lo conductores hasta los internos, desde la versatilidad hasta la ejecución. Todo hilando fino en una edad importante para su salto de calidad.
Redoblar esfuerzos y potenciar el capital humano. El capital humano se define como el conjunto de conocimientos, habilidades, experiencias y atributos de los individuos que contribuyen al valor y la productividad de una organización. A diferencia de los recursos físicos o financieros, el capital humano está directamente relacionado con las personas y sus capacidades para generar valor a través de su trabajo. A eso hay que apuntar y redoblar esfuerzos para un crecimiento con un mundial como el nuevo foco.
José Fiebig
@Josefiebig
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