Los Knicks son una franquicia localizada en uno de los mercados más grandes del mundo, ya sea para el mundo deportivo o de cualquier otra materia se trate. New York es una de las grandes capitales del planeta, donde miles de turistas eligen disfrutar sus vacaciones, cientos de espectáculos, películas y grandes negocios tienen cita; una ciudad que ofrece una vida cosmopolita, glamorosa, cara y atrayente.
Semejante marco provoca que cada equipo deportivo que se aloje en la Gran Manzana provoque un flujo diferente, genere noticias más explosivas o, simplemente, traslade a sus hinchas (fans) un tema de conversación constante y algo más vigoroso y cebado que cualquier otro, incluso alguno cuyo presente deportivo sea mejor.
Ahora bien, cuando ambas situaciones convergen, se unen en el andar de una plantilla, el movimiento puede ser tectónico, aún más en esta era de la reacción inmediata a nivel informativo. Durante las últimas dos temporadas los Knicks alcanzaron las semifinales de conferencias, pero no lograron ir más allá. El crecimiento del equipo - sobre todo desde la llegada de Jalen Brunson – se nota en la consideración que el resto tiene sobre los dirigidos por Thibodeau.
Anoche, la estruendosa noticia de la llegada de Karl-Anthony Towns a la Gran Manzana provocó una expectativa tal, entre confusiones y sorpresas, que por estas horas logró convertir en eje a la ciudad que nunca duerme. ¿Podrá Towns ayudar a saldar la gran deuda pendiente de los Knicks?
Durante los 2.000 no se ha podido rubricar en Nueva York todas las esperanzas que acarreaba el comienzo de una nueva era en el mundo. Desde que en el calendario el número se redondeó más que nunca, los Knicks alcanzaron solamente los playoff en ocho oportunidades. Es decir: en un tercio de los últimos 24 años New York jugó más partidos que los 82 que establece la fase regular, y en cinco temporadas quedó eliminado en primer ronda.
La última vez que los Knicks llegaron a las finales de la NBA se trató un verdadero batacazo: Fue en la temporada corta 98/99, cunado perdieron ante los Spurs de las Torres Gemelas habiendo sido los octavos preclasificados del Este.
En contraposición, los noventa sí fueron fructíferos en cuando a los éxitos, a pesar de no haber podido levantar el Larry O’Brien; en todas las temporadas llegaron a la postemporada con cuatro técnicos diferentes: Stu Jackson, Pat Riley, Don Nelson y Jeff Van Gundy.
A través de los años, las contrataciones, los mercados, los partidos y las pelotas que cayeron adentro o afuera, la espera se estira cada vez más. Los Knicks no gritan campeón desde la década del setenta, cuando consiguieron los únicos dos anillos que obstante la franquicia: en 1970 y 1973, ambas oportunidades con los Lakers como víctimas.
Es por eso que la onda expansiva de la detonación de la bomba Karl-Anthony Towns se escucha aún más fuerte en los lujosos rascacielos neoyorquinos que en muchos de las otras ciudades de los Estados Unidos. Las expectativas de verlo junto a Brunson son realmente muy altas, en conjunto con un equipo que parece tener las herramientas para acompañarlos (contrataron a Mikal Bridges, hasta anoche la noticia más importante del mercado en NYC).
No falta nada para el comienzo de una nueva temporada, una nueva ilusión. Los New York Knicks arrancan bajo las luces de todos los reflectores, que los apuntan e iluminan por ser uno de los máximos candidatos para destronar a los Celtics y terminar de saldar, de una vez por todas, la gran deuda.
Sebastián Ciano
www.pickandroll.com.ar
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