Pasaron las ventanas eliminatorias para Argentina en Mar del Plata. Una doble jornada muy positiva, no solo por las victorias (Venezuela y Colombia) sino por la calidad, entrega y agresividad defensiva que esgrimió para lograr dominar (en la mayoría de los momentos) a ambos rivales. Prigioni logró ciertos ajustes, más allá de las bajas de sus mejores elementos, para hacer una diferencia y soñar con una identidad dentro del juego en ambos costados. Lo vemos.
Ante las ausencias de pilares indiscutidos (¿O no?) como Campazzo, Vildoza, Deck, Bolmaro (un paso atrás de los primeros) más los lesionados Laprovittola y sobre todo Marcos (como parte de la nueva camada), hubo que buscar soluciones y nombres por otros lados. Aparecieron como referentes Brussino y Garino, la vuelta (ciertamente inesperada) de Delia más un par de elementos que hoy no pueden faltar como Fernández y Caffaro.
Prigioni encontró un par de pilares que seguramente los dejará anotados para los próximos pasos. José Vildoza y Gonzalo Corbalán fueron estandartes en ritmo, soluciones, desparpajo, intensidad y dando algo diferente. Conectaron con el resto y generaron un despliegue que fue muy importante en diferentes pasajes de ambos partidos para Argentina.
Argentina abrió con otro tipo de formación. Brussino de alero (como debe ser) sumado a Fernández y Caffaro como referencias, uno bien abierto con el tiro y el otro como la punta de la lanza cercano al canasto. Vildoza y Corbalán desde el backcourt y la defensa como bandera. La exigencia generada atrás fue clave y el resto logró contagiarse (Vaulet sobre todo en el primer juego). Traer de atrás a Garino, más el gol que desequilibrio de Redivo (aún con muchos altibajos en sus %) y ver que otras alternativas empiezan a dar los siguientes pasos.
Más allá de los nombres, los cuales faltan y tranquilamente podrían agregarse otros, las formas fueron lo importante. Argentina defendió fuerte, fue agresivo, se esmeró mucho atrás, sorprendió con su dominio en el rebote ofensivo, supo pasar la bola y desequilibrar cuando fue necesario. Si bien tuvo bajos porcentajes a distancia en un apartado esencial, buscó sin una excesiva insistencia ese tiro y supo anotar con pases y mayormente en velocidad o con profundidad.
Hay mucho por mejorar e ir decidiendo quienes seguirán y quienes podrían ser parte. Aaliya caería muy bien dentro de juego buscado, un Barreiro con su gran presente, Giorgetti en su vuelta a la Liga, todas alternativas de 4 versátil con juego de frente y atléticos. Negrete de gran presente, un Monacchi por condiciones por ejemplo. Darle minutos a jugadores como Lugarini de buen desempeño, seguir buscando tiradores más finos y atléticos también.
¿El resto? Seguir evaluando jugadores, posiciones y versatilidad dentro del juego en ambos costados. Conrradi y Farabello ya en consideración (más allá de una nula participación), ver el crecimiento de Bressan y Bocca como alternativas, lo propio con Giovanetti como una de las grandes opciones más el momento de Vaulet. Los guardias sobran en cantidad y calidad, lo cual siempre es una gran noticia pensando en la elección para los siguientes eventos.
¿Y los legendarios? Garino demostró una gran forma y estando bien desde lo físico el resto no amerita análisis en un jugador determinante en diferentes funciones. Brussino con excesivos altibajos en el tiro, fino en el pase y útil atrás pero con bajos porcentajes. ¿Delia? Hoy parece estar detrás de varios por recursos, físico y mayor movilidad más allá de su experiencia, oficio e inteligencia para jugar y distribuir. Los distintos deberán acomodarse a esta idea y la identidad buscada. Tanto Campazzo, Deck, Vildoza y Bolmaro, aún como grandes emblemas (sobre todo los primeros), tendrán que dar su paso al frente para un mejor porvenir y renacer de la selección.
José Fiebig
@Josefiebig
Pablo 27/11/2024
Excelente nota Mucho material para crecer. Me intriga saber el techo de este nuevo proyecto
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