El partido más esperado por la gente del básquetbol de Mar del Plata, y la mayor fiesta que tiene la Liga nacional en las tribunas, se ve en serio riesgo de postergación ya que el escenario natural del partido, el Polideportivo Panamericano, no se abrirá hasta que los trabajadores del Ente Municipal de deportes (EMDER) levanten el paro por tiempo indeterminado que comenzó el lunes pasado en reclamo de haberes atrasados.
A todo esto, es sabido que el personal jerárquico del ente nada puede hacer para abrirlo, ya que se podría generar un conflicto superior.
Los dirigentes de Quilmes, como primer medida han decidido suspender la venta de entradas, ya que como es probable que se cambie el escenario variará el sistema de ubicaciones, entre tantas cosas.
La idea primaria de los directivos es llevar el clásico a Once Unidos, donde no juegan desde el 20 de marzo de 1998, cuando Peñarol derrotó por 127-114 al equipo de Quilmes que se fue al descenso. Desde el ascenso del tricolor siempre se jugó en el Polideportivo con idea de jerarquizarlo y evitar actos de violencia que podría existir en un reducto más chico como Once.
Por ahora, siguen las tratativas, las reuniones y los llamados por teléfono para destrabar esta desagradable situación. Y el tiempo les juega en contra.
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