Hace tres meses, los dirigentes de Quilmes miraban al cielo y esperaban algún mesías que se haga cargo de la Liga Nacional de básquetbol para la próxima temporada. Los cálculos, por entonces, decian que la temporada iba a terminar con un serio déficit. Incluso siendo A1
Pero todo cambió abruptamente con la llegada a semifinales de un equipo que volvió a enamorar a la gente e hizo hablar de basquet a toda Mar del Plata.
Con la temporada terminada, por los pasillos de Luro y Guido se puede escuchar las intenciones de algunos dirigentes que tiempo atrás estaban por marcharse ahora dispuestos a seguir con los comandos del equipo superior de liga.
En el medio está la negociación con una empresa española pero con referentes “muy marplatenses” que conocen el medio y tienen experiencia en el mundo del básquetbol.
Claro está que un equipo de A2 no vale lo mismo que un equipo que llega a semifinales, aunque el objetivo de éste era sensiblemente inferior.
Hoy, con los ecos del final de campaña de Quilmes todavía dando vueltas, algunos dirigentes piensan que o se gerencia a Quilmes como si fuera un equipo organizado, serio, y con resultados permanantes - es decir - como el cuarto equipo del país o bien se sigue adelante con la receta del manejo de la casa.
No seria extraño que los españoles se den cuenta que Quilmes es un club que vive fielmente la realidad del país y que le cuesta horrores hacer Liga. Que le cuesta mucho estar bien organizado y que la semifinal no fue mas que un grato momento. Y lo que sería peor, cierren las negociaciones.
Por el momento, lo único real es que el 25 de junio vence el plazo de la carta intención que firmaron el Club Quilmes y la empresa española Make a Team. Aunque después puedan seguir negociando.
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