Una victoria en el infierno

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.com.ar)
• 16/02/2008
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Estaba para cualquiera de los dos. Se lo lleva Quilmes porque el partido tenía que tener un ganador. Ganó Quilmes y ganaron los que fueron a ver básquetbol. Sufrieron como locos los hinchas locales, los visitantes y los protagonistas.

Dos factores alteraron la noche, el calor con humedad en Mar del Plata, y el ritmo endemoniado que le puso al partido El Nacional. Típico de la idea táctica de Juan García, pero potenciado por saber que Quilmes era un equipo más corto sin un extranjero y a conciencia que Reynolds va en auto y vuelve en colectivo. Ya juega contra los rivales, su dolor y su cansancio.

El Nacional metió 6 relevos (11 jugadores) en 21 minutos. Fue un desfile de variantes, intensidad, presión y asfixia. Así se sintió el local: “asfixiado” por la marca visitante. Que impuso una condición de juego de alto desgaste, de mucha velocidad para pasar de defensa al ataque y sobre todo una marca que jugó con mucha presión en la primera línea, siempre hombre a hombre, cerrándose todos cada vez la pelota de Quilmes buscaba el juego interior.

El primer cuarto se dividió en dos segmentos bien diferenciados: primero la impericia defensiva de Quilmes, segundo las virtudes ofensivas del Nacional. ¿Por qué en ese orden? Veamos.

Luego de una igualdad en 10, El Nacional metió el primer parcial a favor del partido y se escapó 10-17 en apenas 5 minutos. Muchos puntos en el inicio. Sin dudas que no era el partido planeado por Oscar Sánchez, quien inmediatamente pidió minuto. Mariano Castets salió picante en ofensiva, superando a Hernando Salles, Byron Wilson tomó dos triples en soledad y la defensa local, miraba más de los que marcaba. Hasta aquí las impericias.

Cuando el cervecero quiso torcer el rumbo con más fricción y concentración en defensa aparecieron las virtudes ofensivas de la visita. Un triple de Ferrini, otro de Pablo Barrio, la aparición de Amicucci, Pato Rodríguez. Un violín. El Nacional lastimó con muchos jugadores en todas las posiciones. Y con porcentajes de ensueño (7/11 en dobles y 5/7 en triples).

Desde el segundo cuarto se vería en adelante el partido que fuimos a ver. Más fricción, más defensa, más nervios, menos gol. Duelos tácticos. Un encanto de partido jugado con mucho calor y a toda velocidad. El segundo segmento le favoreció al cervecero 23-16 consiguiendo gol ahora con la aparición de Villares, un tremendo ingreso del Penka Aguirre y Selem Safar (15 puntos entre ambos).

No fue casualidad que los perimetrales de Quilmes aparecieran en el juego. El Nacional jugó toda su fuerza defensiva a parar a Reynolds, Dentis y Romero. Quilmes aprovecho algunas libertades para atacar desde el perímetro.

El Nacional con su rotación también entró en la vorágine de la confusión, perdió 6 pelotas en el cuarto, bajo sus porcentajes a niveles más terrenales y el partido se equilibró.

Hacía mucho tiempo que Quilmes no tenía un tercer cuarto tan bueno como el de anoche. Por lo general es su peor cuarto del partido. Pero defendió duró toda la cancha, y con la explosión de Villares en ofensiva, más el renacer de Dentis, Quilmes igualó el tanteador y pasó al frente. Otra vez Safar y ahora Romero apoyaron la ofensiva. El Nacional reaccionó con dos triples de Farías y tres dobles de Amicucci.

Fue increíble ver a los jugadores pidiendo el cambio. El primero fue Villares, quien abría su boca como cuando un pez se transforma en pescado. Buscaba un aire que no había en el calor del Once Unidos. Además el entrerriano se desgastaba en defensa y ataque. Antonio Reynolds directamente se sentó solo. Se dirigió al banco, le dio la mano a Romero (como invitándolo a bailar) y lo mandó a la cancha. Huevo Sánchez lo sentaba también a Dentis por el mismo motivo.

El Nacional mientras tanto no bajó un solo cambio. El partido iba a mil. Juan García probaba todo. Castets y Sadhi juntos, Wilson de escolta con Farías de base. Rodríguez y Ferrini en la media cancha, o el propio Ferrini de cuatro. Mil variantes y mucho dinamismo.

El partido llegó a los 7 minutos finales con Quilmes arriba por la máxima diferencia (75-66). El local había extendido hasta allí 33 minutos de una aceptable ofensiva. Por momentos brillante por momentos anárquica, pero buena en el promedio.

El Nacional perdió el porcentaje del tiro de tres puntos desde aquel primer cuarto fantástico y su ofensiva se cayó (32, 16, 13). En el cuarto final llevaba apenas 4 puntos en 6 minutos cuando la aparición de Federico Ferrini le dio el aire necesario. El partido se clavo tres minutos en el 75-66 pero El Nacional fue el único que pudo salir del pozo. Metió un parcial 9-0 e igualó en 75. Quilmes sumó casi 6 minutos sin convertir en el último cuarto cuando su caudal ofensivo había sido importante (23 en cada cuarto).

El partido fue palo y palo hasta el minuto final y el empate inevitable (en 77). No hubo diferencias anoche entre Quilmes y El Nacional. En el suplementario, Quilmes sacó ventajas con un triple de Maciel (80-77) pero la visita metió un parcial 5-0 y pasó al frente. La guerra de nervios y cansancio se decantó con un doble de Reynolds y un triple de Salles a falta de 1.20 que puso arriba a Quilmes por 3 (85-82). Un doble de Castets lo dejo a uno (85-84). Los segundos finales fueron errores por todos lados y el resultado no se movió. Atrás quedó una batalla de 45 minutos. Un inferno, en el medio de un infierno. Un partido que para Quilmes tiene un valor mucho más grande que dos puntos.

Síntesis
Quilmes (85): Hernando Salles 5, Eduardo Villares 15, Maximiliano Maciel 9, Antonio Reynolds 13 y Ezequiel Dentis 13 (FI); Nicolás Aguirre 13, Selem Safar 13 y Diego Romero 4. DT: Oscar Sánchez.

El Nacional (84): Mariano Castets 15, Byeron Wilson 8, Federico Ferrini 15, Michael Manciel 7 y Djibril Kanté 7 (x) (FI); Cristian Amicucci 12, Pablo Barrios 7, Patricio Rodríguez 5, Fabián Sahdi 2, Alexis Elsener 0 y Sebastián Farías 6. DT: Juan García.

Parciales: 23-32, 46-49, 69-62 y 77-77.
Árbitros: Daniel Rodrigo-Sergio Tarifeño.
Estadio: Once Unidos (1000 espectadores)

Foto: majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
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Mal anfitrión

Atenas no detiene su marcha en la Liga Nacional. En el ya imbatible Polideportivo Cerutti, los verdes derrotaron al sorprendente escolta Obras Sanitarias por 80 a 73 y alcanzaron las 13 ° victorias consecutivas jugando de local, todas desde que asumió el DT Carlos Bualó.

El rendimiento de Atenas sigue teniendo lagunas, pero en casa, el equipo se tiene mucha confianza y fe, sabe salir de las situaciones complicadas. Y cuando juega como debe hacerlo, siendo fuerte en la defensa y teniendo criterio en el ataque, se presente como rival más que complicado para cualquier rival.

Ante los “tacheros” pasó por distintos momentos y varios de sus jugadores fueron importantes según la situación, aunque el ala-pivote estadounidense James Moore sobresalió porque fue una muralla difícil de sortear para los “lungos” de Obras. Con su enorme poder de salto, Moore puso 6 tapas, además de 15 puntos (7/13 dobles y 1/3 libres) y 9 rebotes. También su compatriota Brandon Mason, tuvo una buena noche, pero sólo en el ataque (14 tantos con 4/6 dobles y 2/4 triples), aunque sigue en deuda en la marca.

Y como en la mayoría de los cotejos, Sebastián Acosta y Bruno Lábaque sacaron la cara en los momentos más complicados. El escolta porteño destacó con 18 puntos, buena parte de ellos en el tercer cuarto cuando Obras había achicado a 1 (46-45) y Atenas no tenía juego. Y el base cordobés con 6 tantos decisivos en el últimos segmento cuando la visita se jugaba las últimas cartas.

Los verdes sacaron 10 puntos en el primer cuarto, 25-15, una diferencia que les permitió manejarse el resto del partido. Obras, con el cubano Lázaro Borrell “desaparecido” (sólo 6 tantos con 3/12 en dobles), se apoyó en Chris Jeffries (20) y en los momentos del base cordobés Fernando Titarelli y del reserva Daniel Chaher. Aunque Atenas con su confianza en el Cerutti fue mejor, más allá que pudo resolverlo antes y con más tranquilidad.


Síntesis

Atenas (80): Juan Pablo Figueroa 0, Sebastián Acosta 18, Brandon Mason 14, James Moore 15, Diego Osella 4 (FI), Bruno Lábaque 15, Leandro Palladino 2, Cristian Romero 7 y Mauro Bulchi 5. DT: Carlos Bualó.

Obras Sanitarias (73): Fernando Titarelli 10, Gabriel Cocha 2, Cris Jeffries 20, Lázaro Borrel 6 y Tyler Field 11 (FI), Fernando Calvi 9, Daniel Chaher 7, Facundo Venturini 6, Cristian Cortéz 2. DT Bernardo Murphy.

Cancha: Polideportivo Cerutti (Público: 800)
Parciales: 25-15, 46-36, 64-59.
Árbitros: Osvaldo Bautista-Fabricio Vito.
Crónica: Marcelo Chaijale – La Mañana de Córdoba