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Donald Jones: "Me junto a jugar al básquet sólo para comer el asado"

Donald Jones se mueve como un cordobés más por la ciudad que lo adoptó hace casi 30 años. Siendo un trotamundos, como él se define, nunca pensó que Córdoba iba a convertirse en su segunda casa, en aquel lejano 1985, cuando llegó para jugar con Atenas la primera Liga Nacional de Básquet.

Con 23 años pisó suelo cordobés y nunca más se fue. Es común verlo en las calles cordobesas, llevando sus 2,04 metros. Por las tardes, maneja Doña Pelota, un complejo de canchas de fútbol y básquet; también colabora, con toda su experiencia, en la Agencia Córdoba Deportes. Y juega en el torneo oficial del básquetbol local para veteranos.

A punto de cumplir los 51 años, la nostalgia le juega un mano a mano diario y en su cabeza se repite la idea de reencontrarse en Estados Unidos con su madre de 82 años, que vive en Tampa. Y también con su hermano, que trabaja en la Nasa.

“Mamá es todo para mí, el gran amor de mi vida. Hace bastante que no la veo y ya es hora de que nos juntemos, tenemos mucho para hablar”, confiesa Donald a Día a Día y la nostalgia le gana a su sonrisa natural.

Donald se casó (más tarde se separó) con una cordobesa y tiene dos hijos. El mayor, de 21 años, rendirá en febrero “los exámenes para ingresar a Medicina”. El menor, de 18, “está mirando qué hacer”. “Los apoyo al 100 por ciento. tengo el ejemplo de mi mamá que me apoyó siempre”, sostiene, mientras repite con un “entendés papá” tan cordobés como la peperina.

Pese a su juventud, antes de arribar a Córdoba, en el lejano 1985, ya había jugado en Puerto Rico. Pero además, se convirtió en trotamundos por su padre, que trabajaba en la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Vivió en Filipinas, Francia y Japón.

–¿Córdoba es tu segunda casa o la primera?

–No sé si segunda o primera casa, sólo puedo decir que si alguna vez me voy de esta ciudad será porque cumplí con todos mis desafíos. Y seguro hasta que no pase por todo el interior con mi campus no voy a parar. Aunque siempre mi vida fue de trotamundos, nunca se sabe qué puede pasar.

–¿Hay algo que te guste especialmente de Córdoba?

–Es una linda ciudad, con muy lindos paisajes. No puedo elegir un solo lugar. Y fui muy aceptado por los cordobeses y luego en todo el país. Tengo mucho afecto por los cordobeses. Y lo mejor de los mejor es el asado. Es todo. Ahora me junto a jugar al básquet solamente para comer asado después.

–Así qué es tu comida preferida...

–Sí, sin dudas. Me encanta ir a la carnicería y ver toda la carne disponible, sobre todo el matambre, je. En Estados Unidos no es lo mismo: está todo congelado en el freezer, pero acá está toda la carne fresquita.

–¿Y comés todo del asado, hasta las achuras?

–Al principio no comía chinchulines, tripa gorda, morcilla, nada de eso. Pero Marcelo y Mario (Milanesio) me rompieron tantos las bolas para que las pruebe y... me encantaron.

–Mate, ¿tomás?

–No tomé nunca. Me acuerdo cuando llegué al país y el primer viaje fue a Bahía Blanca. Empiezo a ver que todos tomaban, y todos de la misma bombilla, sin limpiarla, y me dio cosa (hace gestos con la cara y sonríe). Sí tomo mate cocido.

–Cuando estabas por viajar por primera vez a la Argentina, ¿sabías algo del país?

–Me puse a estudiar un poco cómo era el clima, la cantidad de habitantes; pero nada más, nada me asustaba porque viajé toda mi vida, me encanta viajar. Y nunca tuve problemas de adaptación.

Largo recorrido

Jones jugó seis temporadas en Atenas, fue campeón dos veces (‘87 y ‘88), pero además actuó en muchos equipos del país, en una larga carrera que terminó haces escasos años, poco antes de cumplir 50.

Para Donald, Atenas significa mucho. La cara se le ilumina cuando recuerda los inicios en el club de barrio General Bustos.

“Llegué a Atenas para ser suplente, es más, después de algunos partidos, Gastón Blassi, que hablaba inglés, me contó que yo estaba a prueba. Pero con 23 años no me molestaba, siempre me encantaron los desafíos”, recuerda.

Y no olvida su primer partido con la camiseta verde, que fue antes del debut en la Liga. “Fue contra Matienzo, en su cancha de Villa Cabrera. Me acuerdo que antes de empezar, los chicos de ahí querían saber cómo jugaba, qué clase de jugador era, y yo les decía que el bueno era Merle (Scott, más tarde cortado por el club). Él era estrella”, repasa Donald.

“Walter (el DT Garrone) me manda al banco, yo hice cara, no estaba contento, y me pregunta a través de Gastón por qué estaba jugando tan intenso. Y yo siempre lo hacía así. Nunca supe tomar los partidos como amistosos, ni ahora, cuando estoy con amigos”, destaca.

“Lo aprendí de mis amigos y mi hermano, que antes de viajar me dijeron que sea guapo para jugar”, resalta como una enseñanza de vida. “Después de ese partido jugamos contra Asociación Española (también se preparaba para la Liga) y luego viajamos a Bahía Blanca para el debut con Pacífico”, rememora. El primer partido fue el 24 de abril de 1985.

Hermanos

Aquel Atenas comenzó a escribir su historia grande en la Liga Nacional. Dos años después logró su primer título y con el paso de los años se consagró como el club más ganador.

“El primer día estábamos comiendo con Merle solos en el Centro y vinieron todos los jugadores del plantel para acompañarnos. Runcho (Fernando Prato) era un padre para nosotros y todos los demás éramos chicos de 20 a 23 años. Nos íbamos juntos a los juegos de Sacoa y a tomar algo a Aristóteles”, recuerda con alegría.

“Era imposible fracasar, el grupo era sensacional, éramos un grupo de amigos que nos transformamos en hermanos. Si alguno tenía problemas, se solucionaba en el grupo, se hablaba. Viajábamos mucho en ómnibus y estábamos mucho tiempo juntos”, destaca de la fuerza de ese Atenas.

“La gente se identificó con este equipo, íbamos a comer a varios lugares y no nos cobraban. Generaba emoción ese Atenas, los sábados a las seis de la tarde explotaba el Corazón de María (donde jugaba de local)”, agregó Donald.

–¿Qué recuerdo te gustaría resaltar?

–La recepción en Córdoba después que fuimos campeones es inolvidable. La gente nos esperaba en Villa María. Después desde el Centro hasta el club Atenas demoramos tres horas, éramos más grandes que los equipos de fútbol.

–Ese Atenas dejó una marca.

–Jugábamos un lindo básquet. Teníamos mucho talento, pero también estábamos sobrepasados de prácticas. Éramos invencibles mental y físicamente. Además, no nos conformábamos con ganar, nos gustaba dar espectáculo para la gente que iba a vernos.

–¿Podés elegir un amigo entre este grupo de hermanos, como lo llamás?

–No es justo tener que elegir a uno de esos muchachos, éramos hermanos. Pero Marcelo y Mario (Milanesio) me llevaban a su casa a comer, conocí a su madre y su padre, por ahí tuve más cariño por ellos.

Nacionalizado

En 1996, Jones se nacionalizó argentino y desde el ‘99 vota en cada una de las elecciones. “No se por qué pasa esto y tan seguido, si lo supiera seguramente sería ministro, ojalá tenga la solución. Soy uno más que quiere cambios para vivir más tranquilo, en paz”.

“Una noche fuimos a Longchamps con Norton (Barnhill), en la época que era difícil entrar, y había un hombre con tres mujeres, me sorprendí, me preguntaba ‘quién es ese viejo verde’. Era Olmedo, ja”.

“La gente se identificó con ese equipo (Atenas), íbamos a comer a varios lugares y no nos cobraban”.

Hombre básquet

»Donald Chester Jones nació el 24 de marzo de 1962 en Florida, Estados Unidos.

»Debutó el 24 de abril de 1985 en la Liga Nacional jugando para Atenas ante Pacífico.

»Fue campeón con Atenas en las temporadas 1987 y 1988. Jugó con los verdes en 1985, ‘86, ‘87, ‘88, ‘89 y 1990/’91.

»En Liga A actuó además en Olimpia de Venado Tuerto, Andino La Rioja y Pico FC de La Pampa. Suma 375 partidos con 5.620 puntos.

»Jugó además 13 temporadas en el TNA.

Le apunta al deporte social

Donald Jones recorre diariamente las calles de Córdoba y se preocupa de la pobreza que afecta a los habitantes, principalmente a los chicos. Y su idea es ocuparse.

“Quiero trabajar en el deporte social para ayudar a las madres y padres que tienen hijos con problemas de drogas. Me gustaría armar un equipo de cuatro o cinco personas, con sicólogos para ayudar a la gente”, sostiene.

“Quiero que las autoridades, los políticos, sepan que estoy presente. En los seis años que jugué en Atenas el público de Córdoba siempre me apoyó, creo que puedo devolver algo de eso. Donald Jones es un hombre de pueblo”, afirma.

“Hay muchos chicos pobres a los que nadie les llega, no tienen oportunidades, por eso estoy interesado en el deporte social”, agregó.

Otro de los proyectos de Jones es llevar el básquetbol a los servicios penitenciarios. “Hay que ayudar a los internos. En Estados Unidos hay proyectos amplios y me pregunto por qué no se puede hacer acá. Estoy empujando y empujando, golpeando puertas”, cerró Donald.

Fuente: La Mañana

COMENTARIOS (1)

CORDOBES EN MEXICO 19/02/2014

Mis respeto a un gran pivot... el gran DONALD CHESTER

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