El color de la fiesta

• Pablo Tosal y Juan Manuel Rodríguez
• 18/05/2008
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De Santiago del Estero llegaron unos 300 hinchas que de movida cantaban “somos locales otra vez”. La euforia previa le perteneció más a los visitantes que a los locales. Con una bandera gigante que cubrió buena parte de la media tribuna que le otorgaron, mostraron colorido y muchos papelitos. Empujaron y se hicieron sentir, pero la alegría les duró un cuarto. Desde que Libertad dio vuelta el partido, la desazón ganó a la gente de Quimsa. Luego sobre el final volvieron a retribuirle su amor al equipo, sabiendo ya que la derrota era un hecho.

Por el lado del local hubo 3000 hinchas. La parcialidad más ruidosa se ubicó detrás del aro que da al bar del club. Ingresaron cuando ya en la tribuna no entraba nadie, lo que provocó que todos debieran estar parados y muy amontonados. El animador/locutor del estadio pedía insistentemente que la gente tenga la amabilidad de pararse para que puedan ingresar todos.

La barra de Libertad esta integrada por chicos jóvenes que alternaban camisetas de básquet y fútbol del club. Mucho colorido con banderas, globos, porras, brindaron el calor del partido.

La festividad de los hinchas dejó cantitos muy ocurrentes como “Andá a laburar santiagueño”, o “Vos sos de la B”, pero otros ya más ofensivos tuvieron como destinatarios al clásico rival, Unión de Sunchales, que la semana pasada perdió el ascenso ante Ciclista Olímpico de La Banda.

Por precaución se dispuso que se retiraran antes del estadio los hinchas visitantes y 10 minutos después los locales, lo que provocó larguisimas colas en las bocas de acceso del estadio.

Pero no sólo el estadio fue una fiesta. Se preparó además un pasacalle en el ingreso a la ciudad que rezaba “Aquí se juega la final de la Liga Nacional de básquetbol”. Similares carteles cruzaban la calle Dentesano, en el ingreso al club.

Antes del partido, los directivos del Club Libertad aprovecharon la presencia del escolta de los Toronto Raptors, Carlos Delfino, para entregarle una plaqueta recordatoria de su paso por el club.

También la final fue una atracción para todo el ambiente basquetbolístico, ya que se acercaron a ver el partido (además de Delfino) figuras como Rubén Magnano, Marcelo Milanesio, Luis Villar, Miguel Cortijo, Facundo Müller, Horacio Seguí, Pablo D´Angelo, Sebastián Porta, Antonio “Chiche” Gornatti, Javier Maretto, Javier Bianchelli, Chema Fernádez Díaz, los representante de jugadores Raúl Molinaroli, Esteban Villar, Gustavo Monella y Gustavo Gorini, entre otros.

El día previo al segundo partido, la dirigencia de Libertad organizó el famoso y tradicional asado de camaradería, que el manager de Quimsa, Roly Navarro, prometió devolver en Santiago.

A la cena no faltó nadie y se dieron cita los periodistas presentes que cubren las instancias de la final de la Liga. La estrella de la noche fue sin dudas, el dueño del bar del club, conocido como “Pucho”, responsable de la atención a los presentes.

La velada comenzó con un rico asado, con achuras y pollo, luego el postre y continuó para un privilegiado sector (el más risueño) de la mesa integrado por el Presidente de Quimsa, Gerardo Montenegro, Hugo Villalba (médico de Quimsa), Fabián Pérez, Roly Navarro, Ernesto Bosco (Presidente de Libertad), Mauro Riboldi, Eduardo Bellón, Pato De Benedeti y los dos periodistas de Pick and Roll, con dos salamines de campo, más tarde Bondiola y pan, luego masas, posteriormente bombones de licor y finalmente champan y confituras.

Cada pedido fue un nuevo desafío para Pucho que no sabía como complacer a los pertinaces comensales. Por último, entregado, Pucho declaró: “Basta, no tengo más nada”. Como a los pollitos había que apagarle la luz para que dejen de comer.

Como fue lógico, el resto de los periodistas de la mesa se fue acercando al “ruido” para recibir las bondades de “Pucho”. Todo término bien entrada la noche, claro que ninguno de los presente jugaba al otro día.

Si alguna vez cuenta con la suerte de ir a Sunchales para ver un partido de Libertad es obligatorio pasar por el bar de “Pucho”, por tradición y por que tiene un verdadero museo del básquetbol con las camisetas colgadas en cuadros de: Manu y Sepo Ginóbili, Bebe López, Diego Cavaco, Sebastián Acosta, Román González, Emeka Okenwa (la de Nigeria), Diego Alba, Facundo Sucatzky, Bebo Ceruti, Rogerio y una de Marinos de Anzotegui.

De todos modos, en el marco de una fiesta de básquetbol, el centro de la atención no fueron ni jugadores, ni técnicos, ni periodistas; sino ellas… las tres promotoras felinas que se ganaron las miradas de todos los hombres presentes. Dos rubias y una morocha, que provocaron más de un codazo de una señora a su marido.

Finalmente la atención a la prensa fue excelente. Por estructura y por atención. La sala de prensa con PC y wifi disponible estuvo abierta todo el día, desde bien temprano a la mañana, con maquina de café para acompañar la jornada laboral y una servicial predisposición de los responsables del área del club, Jorge Friedli, Mónica (la conocemos solo como Mónica) y colaboradores. Entre las atenciones regalaron una bonita agenda de tapa de cuero de Sancor Seguros, bolígrafos y llaveros.


Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal y Juan Manuel Rodríguez – Enviados Especiales
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