Keep trying (seguí intentando)

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
• 12/11/2009
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Intenso y vibrante, lleno de errores, con grandes corazones latiendo fuerte y con dos equipos que hicieron casi todos los deberes defensivos y si olvidaron de cómo atacar. Un partido que salió lindo por la paridad, por la emoción y porque el ganador no se conoció hasta los instantes finales.

Quilmes lo tuvo más cerca que nunca (59-63 a falta de 4:20) pero se conjugaron los tres enemigos que no deben aparecer en los finales cerrados: los errores propios, los malos porcentajes y la defensa del rival. Suplió sus carencias ofensivas solo con su defensa y se quedó corto. Peñarol volvió a ganar, de cualquier manera, encontrando siempre algo más.

¿Por qué ganó Peñarol?. Porque tiene un plus para jugar el clásico. Hace que Marcos Mata baje a mil kilómetros por hora para barrer una pelota que parecía un doble fácil o para tapar al tirador. En dos ocasiones la sacó de arriba del aro (la primera con complicidad de los árbitros). Pero estas acciones son las que generan el resultado.

Ganó porque tiene un jugador como Tato Rodríguez que se hace cargo de los momentos difíciles. Y anoche ganó porque Martín Leiva jugó como para comprarse al público de Peñarol después de tantas batallas en contra.

¿Por qué perdió Quilmes? Porque no tiene confianza en sí mismo en estos partidos. No tiene a un líder, alguien a quien seguir. Los dos jugadores más emblemáticos y de mayor personalidad los tiene en el cuerpo técnico (De la Fuente y Dominé). Cuando Assie tuvo que frenar dos balones fue para adentro chocando y dándole de comer a la defensa. Lo de Edwards fue para desconfiar de si realmente era él. Se puede errar los tiros, pero Edwards erró hasta los caminos. Y finalmente pierde porque no tiene gol perimetral. Con 4 triples es muy difícil ganar de visitante.

El primer cuarto fue un monologo de Peñarol donde Leo Gutiérrez (10 pts) facturaba en los espacios que Leiva creaba. Martín se adueño rápido de la zona pintada (7 reb, 2 tapas y un recupero) marcando notarias diferencias sobre Keep (1-5 en dobles 3 rebotes) que lo fue a desafiar y termino bajo sus manos. De la Fuente sorprendió con la variante de Nicolás Romano de alero, pero el pibe no se sintió nunca cómodo en esa posición. Negó el tiro de tres puntos y sus defensores se fueron metiendo cada vez más adentro. Lo que mayormente hizo fue congestionar la pintura.

Solamente Assie brindó algún tipo de respuesta ofensiva, Edwards anunciaba por entonces que aquella no sería su noche, y Peñarol tomó una máxima diferencia de 11 puntos (26-15) casi al cierre del primer cuarto.

Aquél impresionante primer parcial para Peñarol se derrumbó por completo en el segundo. Quilmes encontró el equipo llevándolo a Romano de 4 y sacando a keep del juego. Creció notablemente el trabajo de Assie y entró bien el gallego Esteban López a suplir a Edwards.

Leo Gutiérrez no encontró el tiro cómodo y Quilmes logró contener el juego de pick and roll de Peñarol que por lo general termina con un tiro abierto de un interno. Sergio Hernández se enojaba mucho por entonces con su equipo porque al atacar mal se descompensaba en defensa. Puso doble base de Tato Rodríguez y Legaria, al ver que con Mata y Vega en el dos – tres su equipo perdía juego.

Allí aparecieron en escena lo árbitros que merecen sólo este párrafo para esta crónica. Dirigieron desconcentrados. Solamente la falta de atención puede provocar que un árbitro como Pablo Estévez se equivoque. De Tarifeño mucho no se espera. Pero tomaron el primer error como caso testigo y fueron compensando en vaivén. Y es lamentable que el juego se desvirtúe por fallos. La incidencia final es difícil de expresarla sin ver el video, pero nunca es conveniente poner derrotas o victorias en manos de los árbitros. Lo que está mal es que son protagonistas.

Peñarol tuvo en el segundo cuarto el problemas de los tiros libres (10-16) pero al menos se dio la oportunidad de conseguir 4 rebotes ofensivos para tomar más chances de tiro. Quilmes perdía 36-27 a falta de 2:40 para el primer tiempo y consiguió un parcial 2-11 para empatar el partido en 38. Brice Assie (17 pts, 3 reb una tapa) era el guía.

El tercer cuarto empezó como una fiesta para Quilmes porque Esteban López encontró los únicos dos triples seguidos que tuvo Quilmes en el partido (uno por arriba de la marca) y con apenas esto pasó al frente el cervecero 42-46 con mucho por jugar. Pero la defensa de Peñarol se endureció con diferentes cambios hasta tomar nuevamente el partido bajo sus manos (57-50 a falta de 1:30) con un parcial 15-4 donde se lucieron Vega, Mata y Rodríguez con 5 pts cada uno.

Después de aquellos dos primeros triples convertidos Quilmes erró otros 4 y Assie no tuvo injerencia alguna en el juego (0 pts con 0/4 de campo) Keep jugaba poco y Edwards también (por erráticos).

En el segmento final Quilmes apuró con su defensa que maniató por completo a Peñarol hasta que perdió definitivamente la línea y el equipo de Sergio Hernández no pudo tomar tiros claros al aro. A falta de 4:20 minutos el juego estaba 59-63 con un parcial de 2-11.

Esos últimos cuatro minutos fueron fatales para las aspiraciones tricolores. Equivocó los caminos de modo alarmante. No concretó las bandejas de contraataque, regaló balones cuando debía asegurar la pelota o bien tomó el tiro más incomodo cuando podía tomar el cómodo.

Peñarol es un equipo que se pone de pie rápidamente. Si le das la oportunidad de respirar la va a tomar. La única falta antideportiva que le cobraron a favor, la facturó con 4 libres. Quilmes por ejemplo tuvo dos antideportivas y a las dos solo le sacó un libre, perdiendo en ambos casos la reposición. Esa es una diferencia. Las oportunidades brindadas y tomadas.

A falta de 3:25 llegó el triple del partido. Era por lejos el peor momento de Peñarol, confundido en ataque, ciego, sin tomar buenos lanzamientos. Leo Gutiérrez salió de una cortina y tiró sobre la marca. El triple entró limpito y estableció el 64-63 que le devolvía la delantera a su equipo.

En la siguiente acción la recupera Leiva, cuando Edwards se la picó en un tobillo y Brian Woodward lo corona con un doble de contra (66-63). Y En la siguiente acción se termina el partido. López le roba la pelota a Legaría, va solo contra canasto a tirar una bandeja y aparece volando (literalmente) Marcos Mata que barre la pelota del arriba del cilindro. El propio Mata es detenido con falta en la ofensiva y convierte los dos libres (68-63) a falta de 1:50.

Esta secuencia de dos minutos provocó que Quilmes pierda la línea se olvide de jugar al básquet, mire más el tablero que el juego y finalmente que se llene de malas decisiones.

En el minuto final pasó de todo. Con el juego 68-63, Peñarol reponía en ofensiva y Legaría tarda 5 segundos en sacar (parecieron menos). El base protesta y se gana el técnico. Pero Quilmes a pesar de meter los libres (68-65) Nicolás Romano, vuelve a negar el tiro de tres puntos, en completa soledad, niega el tiro de dos puntos, con la marca, y finalmente toma la decisión más complicada: pasarla. Se la da en las manos a Legaria.

Como Raimundo solo factura uno, a Quilmes le quedó vida, pero cuando Edwards fue para adentro llevándose todo por delante, se encontró con una descomunal tapa de Leiva que le puso fin a sus pretensiones. Legaria mete de nuevo un libre solo (70-65), Edwards mete un triple con tablero (70-68) a falta de 22 segundos y Tato Rodríguez también convierte un libre (71-68) a falta de 20 segundos.

Quilmes juega el último avance y fuerza un triple de Assie. El rebote lo toma Brian Woodward pero pisa la línea del fondo. Con 6 segundos en el reloj, Martín Müller saca el balón en ofensiva y se lo regala en las manos a Mata. Over.

El clásico que tenía Quilmes para ganar lo dejó correr. Peñarol aumentó en uno la cuenta de partidos que no ataca ni bien ni cómodo, pero sigue sumando de a dos, y cuando la victoria es ante su clásico rival mucho menos importan los cómo.

Síntesis
Peñarol (75): Sebastián Rodríguez 17, Brian Woodward 15, Marcos Mata 10, Leo Gutiérrez 15, Martín Leiva 9 (FI), Sebastián Vega 7, Alejandro Diez 0, Alejandro Reinick 0, Raimundo Legaria 2. DT: Sergio Hernández

Quilmes (68): Martín Muller 9, Carl Edwards 13, Nicolás Romano 2, Brice Assie 25, Jason Keep 4 (FI), Leo Peralta 0, Juan Cangelosi 0, Esteban López 15. Dragan Capitanich 0. DT: Esteban De la Fuente (exp)

Parciales: 26-17, 40-38, 57-52 y 75-68.
Árbitros: Pablo Estévez y Sergio Tarifeño.
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas” (3800 personas).

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)
Crónica: Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
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