La “no razones” y un mundo de especulación

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
• 22/12/2009
• (32 comentarios )

Si pudiera trazarse la historia de la Liga Nacional en un línea recta en papel, y se debiera marcar los hechos salientes de los 25 años de vida, sin dudas que el 19 de diciembre de 2009 se pondría un punto con un asterisco que diga “renuncia de Rubén Magnano de Atenas”

Primero hay que entender la noticia

Si se tratara sólo de una renuncia de un técnico a un club, no pasaría de la noticia del día, quedando en el olvido rápidamente. Más en un mundo que fagocita a las noticias. Pero la salida del entrenador medalla de oro olímpica del club más importante de la liga nacional con renuncia indeclinable a 20 horas de jugar una semifinal del Super 8 es algo que supera lo tradicional como “noticia”.

Se mancha el curriculum del entrenador, se mancha el club y es una falta de respeto para el mismo torneo que están disputando. Y las partes de la historia saben tanto del tema que no permitirían que esto ocurra, al menos que algo grave pase.

La lógica indica lo siguiente: Cuando una noticia es extraordinaria los hechos son extraordinarios. Si la noticia es común, los hechos son comunes. ¿A que me refiero?. Veamos esto. Una discusión entre el presidente Felipe Lábaque y el entrenador Magnano ¿es un hecho común o extraordinario?

Alguno podría decir “depende del nivel de discusión”. En realidad las discusiones tiene un solo nivel: dos personas que no quieren escuchar, es decir un diálogo de sordos. Y esto Magnano y Lábaque lo saben.

El entrenador campeón Olímpico, parte decisiva de la historia de los entrenadores de liga nacional es un hombre de pocas pulgas, vehemente, personalista, de carácter fuerte. Condiciones que también tiene el presidente de Atenas. Aunque es necesario decir que ninguno de los dos es “boludo”. Y aquí el termino es necesario, para graficar lo siguiente.

Si han de pelearse, elegirían otro ring.

El correlato de los hechos

Viernes 18 a la noche. En la cena del plantel de Atenas, se terminaba de ajustar la planificación del día siguiente. Magnano dispuso un entrenamiento matinal a las 9.00 del sábado, día que debían enfrentarse con Boca Juniors por la semifinal del Súper 8.

Magnano interrumpe al menos cuatro veces su cena para hablar por teléfono. Se levanta y se aleja de sus compañeros de cuerpo técnico, ubicados en la punta de la mesa.

Rubén, tan respetuoso del tema del celular en los almuerzos y cena, tenía una necesidad de entablar esas comunicaciones.

Tres horas después, cuando el plantel ya dormía le comunica por primera vez a Felipe Lábaque que renuncia. La charla se repite por la mañana temprano sin vuelta atrás. A media mañana del sábado estalla la noticia en el plantel y se desencadenan las hipótesis de los motivos.

El mundo de las hipótesis

Nadie sabe en verdad que pasó: a Pick and Roll le han contando diferentes historias. Lábaque habría mandando a una segunda línea dirigencial a mostrar disconformidad por la excesiva condición de desgaste en el trabajo con los jugadores que deriva en la lesión de Federico Ferrini. La relación estaría muy tensa desde la eliminación en la Liga de las Américas y estalló en Mar del Plata.

Por la mañana, la misma segunda línea dirigencial habría vuelto a hablar con Magnano, acorralándolo en la decisión de la renuncia. Solamente Lábaque podría tener este tipo de “reproche” con el entrenador. Mano a mano pero no con intermediarios.

Casi todos compran la versión de la discusión lisa y llana entre el entrenador y el presidente, del cual no hay testigos, en donde se habrían dicho “de todo” sin vuelta atrás.

Otra versión fuerte es la posibilidad que Rubén se haya alejado por discusiones con el jefe de equipo, Ricardo Borsini y médico Roberto Giacossa ambos puestos en el cargo, y hombres de confianza de Lábaque.

Finalmente hay una versión que nadie quiere tomar: la oficial. “Se va sin dar razones más que los motivos personales”.

Conclusiones

Es oportuno aclarar que los directivos de Atenas siempre harán lo que sea necesario para bien del club, incluso mentir. Como siempre la versión oficial, por esta condición, pierde fuerza. “Juro por mis hijos que no me pelié”, nos contó Lábaque. Pero nadie le cree.

Nadie salvo nosotros.

Aquí es donde ponemos nuestra cuota de opinión y excentricismo. La gran calentura de “Felo” Lábaque es que Magnano se va sin dar razones, no por una pelea y esas cosas a un hombre de poder es como herirlo de muerte.

¿Y que lleva a Magnano entonces a renunciar? Bueno eso es más delicado, porque la dirigencia de Atenas sólo dice que fueron motivos personales, pero el entrenador guarda silencio al respecto. A Magnano le sobra chapa y personalidad para encarar los micrófonos para decir lo que sea, pero cuando hay situaciones delicadas internas bien sabemos que no las dirá y mucho menos situaciones familiares.

De haber sido una pelea con los dirigentes de Atenas, la lógica indica que debería regresar al calor de sus afectos en Córdoba lo más rápido posible, para sanar los malos momentos. Pero Magnano se fue de Mar del Plata a Buenos Aires y paró junto con su agente Carlos Prunes en un hotel céntrico de la Capital.

Aquí regresamos al principio. Las decisiones extraordinarias refieren a situaciones extraordinarias. Si Lábaque y Magnano querían dimitir el contrato por falta de convivencia lo harían post Súper 8, porque el presidente es respetuoso de su institución como el entrenador de su carrera. Pero se fue con lo puesto, la mañana del 19 de diciembre, a menos de 20 horas de jugar una semifinal, saludó a los jugadores uno por uno, se emocionó por la despedida y se marchó.

Ser cabrón no significa ser loco. Las locuras las hacen los inexpertos, y en esta historia lo que sobra es experiencia. Rara vez las historias oficiales dicen la verdad, no sé porqué esta vez, parece ser cierto.

Pablo Tosal
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