Escoba histórica

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
• 22/02/2010
• (117 comentarios )

Se cerró la temporada, en la serie regular al menos, para el clásico más pasional de la liga, que volvió a ser una fiesta en las tribunas, y que tuvo a Peñarol como dominador de los siete juegos que se disputaron. Anoche en el Polideportivo, el resultado se condijo con la realidad de los dos equipos.

La defensa del campeón de América y sus recursos ofensivos fueron demoledores por momentos. Quilmes, sin su mejor jugador nacional, Nicolás Romano, pudo dar batalla y realizó un buen partido, ratificando el cambio de mentalidad y juego que viene sosteniendo.

El primer cuarto fue “engañoso” por el resultado en cuanto al juego. Después de estudiarse por dos minutos, el partido entró en un terreno de gol parejo (13-13) donde Leiva se cargó rápido con dos faltas mientras Quilmes repartía bien el goleo. Entonces Peñarol pasó a una defensa zonal y el cambio dio resultado, un triple de Leo Gutiérrez y otro de Lamonte destrabaron la paridad. Peñarol no dio chances con su puntería perimetral (4/6 en triples), mientras Quilmes adoleció justamente de ese privilegio (1/6).

Las cuatro pérdidas del cervecero le dieron la bola rápida a su rival que corrió bien la cancha sacando provecho de estas situaciones para tomar 12 de luz (27-15) al final del primer cuarto. La distancia la mantuvo (33-22) en el inicio del segundo cuarto, pero el partido ya había cambiado.

Quilmes plantó una defensa mucho más firme, combativa, que en individual fue cerrando los caminos al aro, mientras que con Stukes y sus penetraciones encontró gol. De repente Peñarol se vio solamente sostenido por los rebotes ofensivos de Renick, es decir ya apelaba a los recursos extremos. Fueron tres dobles que hizo el equipo de Sergio Hernández en el segundo segmento y los tres mediante un rebote ofensivo.

El ataque milrayitas se partió al medio, empezó a discutir el partido en vez de jugarlo y en el terreno de lucha le ganó Quilmes que buscó pacientemente sus momentos para encontrar gol. Remando punto por punto, con apenas 2/10 en triples, el partido cambió de manos (33-34) con un parcial 0-12 favorable a la visita.

Hubo una diferencia sustancial en el primer tiempo. Mientras Peñarol sacó su distancia a los bombazos (4 triples) Quilmes lo alcanzó limando punto por punto. Era el milrayitas el que debía preocuparse al entretiempo (37-39) porque lucía totalmente fuera de partido, contenido y sin capacidad de reacción. Vale decir, entregado a lo que le convenía a Quilmes.

La charla en los vestuarios le sirvió más a Peñarol, que salió a quemar las naves en el tercer cuarto con otra predisposición y sin dudas, con mucha puntería. Facundo Campazzo, sumando minutos porque Tato Rodríguez se cargó de faltas, metió dos triples seguidos, que fueron acompañados por un doble de Lamonte y otro de Vega. Del parcial de 10-0, la mitad de los puntos los hizo de contraataque.

Vale decir, la defensa de Peñarol volvió a tomar las riendas del partido, mientras que adelante comenzó a matar con la eficacia conocida. Este del tercer cuarto era otro partido mucho más parecido al esperable.

La ofensiva de Quilmes se hizo un nudo. Los cambios no dieron resultado y ya no tuvo gol ni adentro ni afuera. Para colmo perdió cinco balones que le dieron la chance de correr a su rival y ya sabe que balón en mano de contraataque Peñarol en su cancha te liquida. El parcial del tercer cuarto fue 30-10 con una contundencia demoledora.

En ese lapso, quizás como en ningún otro, Quilmes extrañó la participación de Nicolás Romano. Disfrazó cuanto pudo su ausencia con Cangelosi y Piñero de 4, pero fueron parches que fueron conteniendo a Leo Gutiérrez o Diez por momentos, pero la presencia de Leiva fue decisiva. La diferencia física que ejerció el pivote de Peñarol fue notable. Clausuró su canasto, arrimó puntos, y negó que Quilmes pudiera jugar con Nelson. Entre Leiva y Campazzo (que dio un recital) estuvieron las figuras milrayitas.

Este conjunto cervecero, tan carente de muchas cosas, también se acostumbra a que un talentoso lo saque del fuego por individualidad (como hacen tantos equipos) pero el talentoso, estaba afuera. Sin Romano Quilmes no tenía chance de jugar bien sino era en equipo. Y Peñarol lo desarticuló por completo.

El parcial 30-10 del tercer cuarto abrió un último cuarto raro. Parecía que la brecha se seguiría ampliando por el dominio a voluntad del local, pero como las posiciones de abajo pesan, la historia del clásico y la necesidad de ganar al menos uno en la temporada también, los dirigidos por Esteban De la Fuente salieron a buscar el imposible de descontar 18 puntos (67-49).

Finalmente no estuvieron lejos. El resultado final fue de seis (78-72) habiendo errado una volcada solo Peralta y con Tato Rodríguez metiendo un triple inverosímil cayéndose contra el costado. Pero esto no hace más que maquillar un poco la derrota. En definitiva Peñarol cuidó y reguló el partido al final e hizo lo necesario para ganar. Asumió su protagonismo y lo cobró con victoria.

Quilmes es literalmente otro equipo con Titarelli y Stukes y se convenció de ello. Le tocó jugar el clásico sin una pieza importante, pero sabe que en la parte de la tabla que le interesa no es menos que nadie, Mc Fadgon demostró que está para irse pero el dinero disponible lo impide. Con un alero más determinante el equipo terminará de concretar lo que viene amagando: salir del pozo.

Entre tanto la historia de los clásicos para la temporada 2009/10 es cosa juzgada. Se bajó el martillo con la sentencia más firme: Inapelable 7-0 que quedará en la historia.

Síntesis
Peñarol (78): Sebastián Rodríguez 8, Kyle Lamonte 20, Marcos Mata 5, Leo Gutiérrez 12 y Martín Leiva 10 (FI); Alejandro Reinick 4, Alejandro Diez 0, Facundo Campazzo 13, Raimundo Legaria 0 y Sebastian Vega 6. DT: Sergio Hernández.

Quilmes (72): Fernando Titarelli 9, Levi Stukes 19, Cornelius McFadgon 8, Facundo Piñero 11 y Ed Nelson 15 (FI); Juan Cangelosi 8, Esteban López 0, Leo Peralta 0, Dragan Capitanich 2 y Nicolás Romano 0. DT: Esteban De la Fuente.

Parciales: 27-15, 37-39 y 67-49.
Árbitros: Diego Rougier-Juan Fernández.
Estadio: Polideportivo Panamericano (5000 espectadores).

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)
Crónica: Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)


Una victoria contundente

Más allá que en algunos momentos se acercó su rival, manejó con personalidad -durante todo el compromiso- el trámite y el marcador. El Centro Juventud Sionista -de local- venció con amplitud a Ciclista Olímpicode La Banda, Santiago del Estero por 73 a 53. El compromiso formó parte de la vigésima fecha de la segunda fase de la Liga Nacional A de Básquet.

Debido a que por la humedad el piso del rectángulo de juego del Centro Juventud Sionista no estaba en condiciones para disputar el cotejo, se determinó de común acuerdo entre las partes, los jueces (Osvaldo Bautista y Fabricio Vito) y el Comisionado Técnico, José Palacios, trasladar el compromiso al estadio del Club Atlético Olimpia de Paraná. Por tal motivo, el comienzo del compromiso sufrió una demora de 30 minutos del horario establecido (las 21) en principio por el ente rector.

Con muy buenas defensas y corriendo la cancha, el local arrancó con un parcial de 5 a 0 en un minuto y medio de juego. Luego, las imprecisiones se adueñaron del trámite, pero el que sacó mayor rédito fue la visita quien igualó en el marcador. Sin embargo, el local volvió a sus fuentes (defender y correr) y metió un 9 a 0 (14 a 5). En el cierre del chico, otra vez los visitantes hicieron que su adversario se contagiará del vértigo que proponían y le otorgó resultado, ya que se pusieron a tiro (14 a 12).Con un excelente trabajo de Jimmy Boston (9 puntos) y Daniel Hure (7) en ofensiva, sumado a impecables defensas y el poco goleo de Olímpico, los locales sacaron 14 (31 a 17). En el epilogo Sionista pecó de ansioso y falló demasiado, pero los santiagueños achicaron muy poco la desventaja (31 a 19).

Dos triples de Jorge Benítez en menos de un minuto del complemento metieron en partido a la visita (31 a 25). El tiempo muerto del DT local permitió que los locales se reordenaran y estirarán de nuevo a 12 (39 a 27). Pero, el dueño de casa ingresó en otro bache y los visitantes de la mano de Eduardo Villares nuevamente se pusieron al acechó (41 a 38). La presión en toda la cancha y buscar principalmente a los internos en ataque fue el negocio de los paranaenses que encontraron un gran bocanada de aire en el tanteador y la distancia de 16 (56 a 40).

En la primera jugada de los 10 minutos finales, Patricio Rodríguez (de muy buen trabajo) convirtió su tercer triple y su equipo se fue a 19 (59 a 40). Aún quedaba mucho por delante, pero a cuatro minutos del final Sionista dio el golpe de gracia al obtener 21 puntos de ventaja (65 a 44). Con todo definido, los visitantes intentaron que el resultado no fuera tan abultado, pero el ganador siguió concentrado y prácticamente no lo dejó recuperarse.

Muy buena victoria de Sionista que ahora tendrá una seguidilla de cuatro partidos fuera de casa. Por supuesto que el objetivo será sumar la mayor cantidad de victorias posibles para seguir prendido en los primeros lugares.

Síntesis
Sionista (73): L. Cequeira, J. Martínez 5, G. Buchanan 6, C. Robinson 13, A. Zilli 8 (FI); R. Iglesias, D.Hure 15, J. Boston 15, M.Fioretti 2, P. Rodríguez 9, J. Bergel . DT: Sebastián Svetliza.

Ciclista Olímpico (53): F. Williams 4, G. Cocha 7, A. Hillebrand, J. Benítez 17, D. Alston 6 (FI); J. Machuca, J.M. Torres, D. Cavaco 6, M. Trovellesi, E. Villares 13. DT: Fernando Duro.

Parciales: 14/12-31/19-56/40-73/53.
Árbitros: Osvaldo Bautista-Fabricio Vito.
Estadio: Moisés Flesler.

Foto: Gentileza Diario UNO
Crónica:Marcelo Tortul - Prensa Sionista