Los Phoenix Suns dieron señales de vida durante el tercer juego de la serie, el primero ante su público. El equipo dirigido por Alvin Gentry derrotó a los Lakers por 118 a 109 y se puso 1-2 en una serie que continuará mañana otra vez en el US Airways Center.
Por primera vez en los tres enfrentamientos que se llevan disputados en esta final del Oeste, una de las estrellas de los Suns logró adueñarse de las acciones del juego: Amare Stoudemire fue el factor determinante en el equipo local con 42 puntos (su récord en postemporada) y 11 rebotes en 42 minutos. El ala pivot jugó de principio a fin en un altísimo nivel, llenó de faltas a los internos rivales y logró anotar desde cualquier sector del rectángulo.
En el costado defensivo, Alvin Gentry logró bajar - al menos lo suficiente para ganar - el nivel que tuvieron los Lakers a lo largo de la serie. Instaló una zona 2-3 que “trabó” el ataque visitante, le quitó fluidez y, sobre todo, aisló a Kobe Bryant, quien ante la imposibilidad de tomar tiros cómodos (metió solo 4 goles de campo en el segundo tiempo) se dedicó a pasar el balón (11 asist).
A pesar de no haber tenido buenos porcentajes de cancha, Phoenix se fue ganando al término de la primera mitad 54 a 47. Los Suns lanzaron para un 38% de cancha, sin embargo marcaron la diferencia desde la línea con 18 aciertos en 20 intentos, mientras que los Lakers fueron muy poco a la línea (3 tiros) y no encestaron.
La tendencia de los disparos libres comenzó a marcarla Stoudemire, que en el primer tiempo lideró a su equipo con 13 puntos y 5/7 en libres. Fue el responsable de llenar de faltas a Andrew Bynum, quien rápidamente sumó dos y abandonó el rectángulo de juego. Luego fue Lamar Odom quien se cargó con tres.
Los Lakers comenzaron “en llamas”: En los primeros doce minutos de acción anotaron 32 puntos, con un 58% en tiros de campo en el marco de un juego aceitado y participativo, lo contrario a lo que mostraron los dueños de casa, que contaron con dos bombas consecutivas de Jason Richardson (8 pts) para mantenerse en juego.
Del otro lado, Kobe hacía un poco de todo (19 pts, 5 reb y 5 asist) y Pau Gasol imponía su poderío en la pintura (12 pts, 6/8). Ambos bajaron su influencia en el segundo tiempo gracias a la zona de los Suns, sobre todo el escolta. Bryant terminó con 36 puntos, 11 pases gol y 9 rebotes, aunque en los segundo 24 minutos metió apenas 4/10 de cancha.
En el tercer cuarto, Bryant hirió a Phoenix con sus pases al corazón de la zona, mientras que Ron Artest y Derek Fisher sacaron la cara en ofensiva con 9 y 8 puntos, respectivamente (terminaron con 12 y 18). Sin embargo, Phoenix tuvo temple y no cedió en el liderazgo. Siguió alimentando a Stoudemire, al tiempo que Robin Lopez lo acompañó en la pintura con una gran producción de 20 tantos y 8/10de cancha.
Los Suns recién logaron imponerse y establecer diferencias en el último cuarto mediante un parcial de 13-6, que le dio diez puntos de ventaja (106-96) y resultaría determinante. De todas maneras, Los Angeles no se rendiría fácilmente: Llegó a ponerse 108-102 a falta de 1:30 con un triple de Artest, pero Stoudemire continuó con su trabajo y le devolvió la tranquilidad a todo Phoenix. Hay un dato interesante: Durante los primeros tres cuarto el local perdió solo 4 balones, al tiempo que lo cedió en 3 oportunidades durante el cuarto.
Steve Nash contribuyó con esa seguridad en el traslado del balón (no perdió ninguno) y terminó con un doble doble, producto de 17 puntos y 15 asistencias. Por su parte, Jason Richardson - que clavó el triple que definió el encuentro a falta de 26,8 segundos – cerró su planilla con 19 tantos.
Los Phoenix Suns volverán a recibir mañana en el US Airways Center a los Lakers para el cuarto punto de la serie. De ganarlo, los de Arizona no solo empatarán 2-2, sino que también se asegurarán un partido más en casa, el sexto, previo viaje a Los Angeles para el quinto juego.
Foto: Gentileza NBA.com
Sebastián Ciano
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