Mientras otros clubes, no tan sólidos económicamente, han salido ya al mercado de pases, Quilmes, que es uno de los cuatro clubes que posee todos los derechos televisivos del la próxima temporada, todavía no obtuvo una sola contratación.
La lista que el Huevo Sánchez le dejó a los dirigentes, antes de su viaje a Europa, decía que la prioridad era Daniel Farabello, luego Matías Ibarra y después en un mismo nivel Pablo Gil Y Diego Cavaco.
Los directivos se movieron para realizar las primeras ofertas a los indicados más los internos: Alejandro Burgos (que arregló con Boca) y el colorado Reinik que todavía esta en tratativas y también es pretendido por Atenas.
No obstante, el principal impedimento no radica en los jugadores sino en el técnico. El contrato de Oscar Sánchez fue hecho en dólares y todavía le resta un año más. La cláusula de recesión es a favor del entrenador que puede avisar de su decisión de irse hasta 60 días antes del comienzo del certamen (1 de agosto de 2003).
La dirigencia del club le comunicó que pesificaría el contrato con la regla 1 a 1, y que inclusive así estarían haciendo un gran esfuerzo. A esto, el técnico solicitó que se le aplique el famoso CER como índice de reajuste.
Lo cierto es que la negociación hoy está trabada en la posición del club y del técnico en un callejón que no encuentras salidas que beneficien a ambos lados por igual.
Si las partes no logran el acuerdo, el club Quilmes deberá pagarla una indemnización y contratar a un nuevo entrenador. Además si el técnico no apresura su decisión, Quilmes entraría tarde al mercado de pases perjudicando sus aspiraciones de conseguir jugadores de nivel. Ni hablar si espera hasta el 1 de agosto.
La situación debería definirse entre mañana y el viernes y aunque suene increíble, un club saneado económicamente, con un entrenador bajo contrato, no puede realizar sumar jugadores para la próxima liga.
Pablo Tosal
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