El próximo domingo no será uno más en la ciudad de Chicago, también denominada la “Ciudad del viento”. Los Bulls comenzarán a disputar las finales de la conferencia Este, derecho que consiguió tras vencer anoche a los Atlanta Hawks por 93 a 73 y cerrar la serie 4 a 2. Volverán a sentir la adrenalina de dicha instancia por primera vez desde 1998, cuando un jugador llamado Michael Jordan guiaba por última vez a su equipo al campeonato.
Estos Bulls no tendrán el talento de aquellos, pero sí poseen un ícono visible en la figura de Derrick Rose, que brilló en la serie - como en todos los playoff - y fue factor determinante para el desenlace de la misma, auque anoche (por fin) tuvo acompañantes. Los dirigidos por Tom Thibodeau exhibieron su defensa como estandarte, que limitó a los Hawks a un pobre 36.5% de cancha (1/11 en triples, 9%), al tiempo que en ataque cumplieron una muy buena labor con 53% de cancha, 34 asistencias colectivas y solo un jugador sin anotar.
Carlos Boozer, muy criticado por su propia gente - hasta llegó a ser abucheado en algunos pasajes de este postemporada - pudo sacarse la “mufa” y encabezar a Chicago con 23 puntos (10/16 de cancha y 3/3 en libres), 10 rebotes y 5 asistencias en 35 minutos. Por su parte, Rose sumó 19 más 12 asistencias y Luol Deng, de quien los Bulls necesitarán mucho en la final, aportó otros 13 tantos.
En Atlanta resultaron escasos los 19 puntos de Joe Johnson como así también los 18 de Josh Smith. El equipo que ahora dirige Larry Drew continúa con su estigma en semifinales: Nunca en su historia - se mudaron de Saint Louis a Atlanta en 1969 - lograron alcanzar las finales de conferencia.
La final que definirá el campeón de la conferencia este comenzará el próximo domingo. Los Chicago Bulls poseen la ventaja de cancha e intentarán alcanzar la gran definición y volver a pelear por un título, tal como lo hicieron en 1998.
Foto: Gentileza diario Chicago Tribune
Sebastián Ciano
Twitter: @Seba_Ciano
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