Según el relato de varios jugadores, el mal clima, en el vuelo directo de Iguazú a esta ciudad, obligó al piloto del avión aterrizar de emergencia en Buenos Aires.
Ese viaje de una hora y media antes de llegar a la ciudad capital fue una pesadilla, contó el armador Andrés Rodríguez. “Estoy dando gracias a Dios que sigo vivo. Fue un viaje difícil”, admitió Rodríguez. “Todos estábamos asustados y hasta aterrizamos en el aeropuerto que no era. Pero llegamos bien y eso es lo importante”, agregó el canastero.
La delegación puertorriqueña no era la única en el avión. Allí también estaban los restantes tres equipos participantes de la Copa Tuto Marchand, Canadá, Brasil y República Dominicana, y algunos directivos de FIBA-Américas.
“Todo el mundo tenía miedo”, dijo el escolta Javier Mojica. “Cuando el avión bajó bien rápido en un momento, Carlitos (Arroyo) se levantó asustado, pero gracias a Dios llegamos muy bien”.
Una vez aterrizaron en Buenos Aires, todos los pasajeros permanecieron en el avión por una hora y media sin poder abandonar la nave. Después, el avión voló sin problemas a esta ciudad en horas de la noche, abortando el plan del cuerpo técnico de realizar una sesión de entrenamiento.
Así que esta mañana fue la primera práctica con los 12 jugadores que participarán en el certamen y el ´staff´ técnico le dio énfasis a los sistemas ofensivos en la sesión. “Estamos trabajando aquellas cositas que vimos en la Copa que teníamos que mejorar. Y en la ofensiva añadimos unas cosas nuevas y hay jugadores que las han practicado poco, porque llegaron tarde a Brasil”, dijo el técnico Flor Meléndez, tras el entrenamiento.
Fuente: Diario El Nuevo Día.
DEJA UN COMENTARIO