Pasaron siete años. Parece mentira. Pero el tiempo no corre, vuela. Hace siete años del grito más importante del básquet argentino: el 28 de agosto de 2004 la selección derrotaba a Italia por 84 a 69 en el Olympic Indoor Hall de Atenas y se calzaba la medalla dorada en el pecho.
Todavía tengo en la memoria aquella imagen de Luis Scola haciendo el gesto de medalla cuando al partido aun le restaban algunos segundos. Como también tengo en mente el gran triunfo ante Estados Unidos, la lesión de Fabricio Oberto y el gran partido de Walter Herrmann en el cruce eliminatorio ante Grecia.
Pasaron ya siete años de aquel inolvidable 28 de agosto de 2004, misma fecha en la que también el fútbol se bañó con oro.
Y como el tiempo vuela, el básquet hoy lo encuentra a Rubén Magnano como entrenador de Brasil, sumido en el objetivo de que la verdeamarelha vuelva a disputar un Juego Olímpico, algo que se le viene negando en los últimos tiempos.
La experiencia del cordobés puede ser clave para contagiar a una selección que hoy en Mar del Plata no cuenta con varias de sus máximas figuras. Entre otros ya se sabía de las ausencias de Leandrinho, Anderson Varejao y Nené.
De todas formas Brasil tiene con que pelear y luchar por uno de los dos lugares disponibles para Londres 2012.
“Yo a mis jugadores les puedo transmitir la sensación teórica de lo que significa un Juego Olímpico para un país. Ellos saben lo que nos estamos jugando acá y están luchando para lograr el objetivo”, contó Magnano.
La charla continuó y ante la pregunta de si durante la preparación de Brasil tuvo unos segundos para pensar que hace 7 años se colgaba la medalla de oro en Atenas, el cordobés fue muy claro y remarcó que: “No me puse a pensar en que pasaron 7 años de la medalla de Atenas 2004. No estoy mirando y no me fijo en la historia. Yo vivo el día a día y pienso más en el mañana que en el ayer. Ya vamos a tener tiempo de pensar en ese 28 de agosto, ahora tengo que pensar en luchar por clasificar a Londres 2012”.
Magnano sabe que en Mar del Plata se juegan cosas importantes y no quiere desviar la atención. Hoy el objetivo del entrenador y de su selección es ganar el cruce del sábado 10 de septiembre.
Y por lo pronto la carrera por esos dos boletos comenzó con el pie derecho. Pese a que se tuvo que esforzar mucho y a que por momentos se vio en desventaja, Brasil superó a Venezuela y sumó la primera victoria. “Erramos, por momentos estuvimos desconcentrados, dejamos tirar tiros abiertos por errores de comunicación. Eso no tiene que pasar, pero cuando defendimos duro pudimos establecer una ventaja y nos hicimos fuertes. Uno nunca espera tanta dificultad. Lo que uno quiere es jugar bien y ganar por 20 puntos, pero eso a veces no sucede. Lo importante acá es que levantamos el juego con nuestra defensa”, fue la primera lectura que hizo el cordobés.
Luego a modo de balance general Magnano remarcó que: “Quedé conforme con el desempeño de Brasil en el segundo tiempo. Nuestro trabajo diario es lo que nos permite hoy competir a un nivel importante. Los jugadores se merecen esta victoria porque trabajaron duro para esto. Estábamos preparados y salimos adelante”.
Hoy habrá un nuevo desafío para Brasil ya que a último turno chocará con Canadá, que hará su estreno en el Preolímpico de Mar del Plata.
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