Uruguay quedó herido, lastimado después de la goleada que sufrió ante Argentina y en el inicio del partido salió a jugar fuerte, intenso, cómo queriendo dejar atrás lo que pasó la noche anterior. No es un dato menor el ingreso en el equipo de Leandro García Mórales en los celestes, el escolta es una de las principales armas ofensivas de los Charrúas. Además fue importante en el comienzo la tarea debajo del aro de Esteban Batista tomando rebotes y anotando. Por su lado, Puerto Rico hacía daño con José Juan Barea desde la base asistiendo, por ejemplo, a Balkman en dos ocasiones. Promediando el cuarto las acciones estaban parejas con los caribeños dominando por un tanto (8 a 7). El juego se mantuvo parejo el resto del período. Fue bueno el ingreso de Sánchez en el conjunto Flor Meléndez que con 6 tantos terminó como goleador del cuarto. Al cabo de los primeros 10 minutos los boricuas se adelantaban en el marcador por 3 (15 a 12).
El complemento de la primera mitad comenzó con un Uruguay mejor, más enchufado. Apoyándose en el buen trabajo de Mauricio Aguiar en el perímetro y de Batista en la zona pintada. Con esta pequeña remontada Uruguay pasó al frente por uno (21 a 20) a falta de siete minutos. Un par de pelotas sueltas en las que los jugadores uruguayos se lanzaron de cabeza a recuperar el balón dividido hicieron levantar al público, lo que pareció darle otro envió anímico al equipo. Pareció aflorar esa famosa “Garra Charrua”. Sin embargo, ese fugaz fervor se terminó cuando Flor Meléndez decidió mandar de nuevo a la cancha a la dupla letal puertorriqueña: Entraron el 7 y el 5. Arroyo y Barea hicieron que el equipo vuelva a funcionar con ofensivas más aceitadas y coordinadas que nacían, claro, en sus manos. Del otro lado, los de celeste comenzaron a errar más de la cuenta (Martín Osimani marró tres triples consecutivos). Con tres minutos en el reloj la diferencia era de 7 a favor de los centroamericanos (28 a 21). En los minutos finales la tónica del partido no cambió: Puerto Rico continuó funcionando en base a lo que produjeron sus dos estrellas. El primer tiempo terminó 36 a 29 a favor de los boricuas.
El tercer chico arrancó parejo. Ambos equipos se apoyaron en sus goleadores hasta el momento. Puerto Rico lo hizo en Arroyo que, promediando el cuarto, tenía 12 puntos y Uruguay en García Morales que alcanzaba los 13. Con 4.30 en el reloj Puerto Rico tomó decisiones equivocadas en un par de contraataques y mediante cuatro puntos seguidos de Reque Newsome Uruguay se puso a 6 (44 a 38). En los minutos siguientes Uruguay mejoró aunque tuvo problemas para vulnerar la defensa puertorriqueña. El tercer cuarto cerró 52 a 47 a favor de los dirigidos por Flor Meléndez.
Los últimos 10 minutos comenzaron parejos. Con ambos equipos erráticos pero con Puerto Rico algo mejor que su rival, sólo por la efectividad de Alex Galindo que abrió con un triple y con Arroyo intentando permanentemente y por momento consiguiendo buenos resultados. La ventaja no variaba demasiado llegando a la mitad del cuarto (arriba los del Caribe por siete 58 a 51). En dos minutos una ráfaga de cinco puntos para los uruguayos en las manos de Batista y Gustavo Barrera les permitió ponerse a cinco con 2.49 por jugar. Los dos últimos minutos fueron intensos y emotivos. Ambos conjuntos se jugaron lo que les quedaba. Cuando quedaban 35 segundos un doble de Batista puso a Uruguay a cinco (62 a 67) y le permitió a los sudamericanos ilusionarse. Sin embargo con oficio, experiencia y defensa Puerto Rico terminó quedándose con el partido por 74 a 64.
Tercer triunfo consecutivo para un conjunto puertorriqueño que, si bien en sus dos primero encuentros se midió con los equipos más débiles, jugó tres partidos consecutivos y todavía le queda el de mañana, ante Argentina, antes de descansar. Un fixture cansador que por ahora lo pudo resolver aunque, claro, la prueba de fuego es ante el equipo local.
Por su lado, Uruguay fue otro con respecto a lo que se vio ayer. Mucho tuvo que ver el ingreso de García Morales en el equipo. El jugador de Halcones de Xalapa fue uno de los goleadores del equipo con 16 puntos. A pesar de haber perdido los dos partidos iniciales los conducidos por Gerardo Jauri tienen con qué ilusionarse para clasificar, al menos, a la segunda ronda.
Foto: Gentileza Ligateunafoto.com
Martín Candalaft
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