Te invito a mi fiestita

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
• 10/11/2011
• (61 comentarios )

Qué noche la del miércoles!. Es tarde, al otro día se madruga, se manda los chicos al colegio, es un problema que terminé a las 0.20 un partido de Liga Nacional pero no cabe dudas que valió la pena por lo mucho que dieron Peñarol y Boca por el espectáculo. Y los árbitros también.

Ganó Peñarol y casi lo pierde. Lo perdió Boca que casi lo gana. Cualquier resultado le daba justicia al juego. Por eso se vivió con tanta intensidad, porque se definió por el canto de una uña. Y habrá un párrafo especial para el arbitraje (y no para los árbitros) porque lo que pasó es consecuencia y no causa.

En tres minutos parecía que se terminaba el partido. Boca inició el juego con una defensa zonal 2-3 que era una invitación a que la ataquen. Permeable adentro y afuera. No evitaba ninguno de los conceptos de la zona y Peñarol no dudó en asesinarla con un rápido parcial 17-3 en los primeros 3 minutos. Por suerte para el espectáculo Oscar Sánchez decidió sacar la zona y en la defensa individual Boca se reencontró como equipo.

La virtud del xeneize fue doble: supo tener paciencia y no volverse loco por la diferencia y además metió el balón rápidamente para descontarla. De repente con triples de Ale Diez y O´Bannon Boca metió un parcial 12-0 para volver al juego (17-15). Hacía mucho tiempo que en el Poli nadie le hacía a Peñarol un parcial tan violento para vulnerar la defensa “milrayitas”.

El equipo marplatense usaba la habitual receta de tirar más triples que dobles, casi sin buscarlo a Leiva, que pasaba desapercibido absorbido por la marca de D´Elia. De todos modos fue un desmérito grande de Peñarol que jugó todo de frente al canasto y nada de espaldas. El final del primer cuarto llegó en plena paridad (21-21) con O´Bannon (8) y Diez (8) empujando al xeneize y Leo (11) al local.

En el segundo cuarto los cambios le favorecieron a Boca, que tenía una rotación más corta por la ausencia de Fernando Martina, quien se quedó en el hotel aquejado por una gastroenteritis aguda que le produjo muchos vómitos. El “huevo” optó por jugar con doble base entre Brussino y Stanic con Will Graves de alero alto.

Peñarol demostró una vez más la “Campazzo-dependencia” que se ha generado con su base. Mariano Castets defiende pero no impone ritmos en ofensivas. Sergio Hernández decidió sentarlo a Campazzo y Lamonte al mismo tiempo y la media cancha de Peñarol se cayó, bajando notoriamente su juego. Boca mejoró el bloque defensivo y el local hizo sólo 13 puntos en el parcial.

Lo único que no cambiaron los técnicos fueron las duplas de interior. Leo y Leiva por un lado, Diez y D´Elia por el otro. Se dieron de lo lindo en todos lados. Acá y allá y nadie pudo sacar ventajas de eso. Cuando cerró el segundo cuarto y merced a la gestión anotadora de Graves (10) Boca estaba arriba 34-38.

En el tercer cuarto, el “Oveja” mantuvo su quinteto inicial para que salga a dar la cara. Campazzo (8), Lamonte (10) y Leiva (6) fue el tridente ofensivo donde se apoyó Peñarol. Con bueno circulación de balón Kyle decidió atacar con triples lo que no podía cerca del canasto. Su tendencia de ir siempre para abajo, había formado un pared delaten suyo.

El local llegó a sacar 10 (58-48) a falta de dos y medio con un parcial extendido de 24-10, pero Boca cerró muy bien el segmento una explosiva aparición de O´Bannon (6) y Alston (4). Así como el “milrayitas” se había corrido de su eje, Boca sufría porque Stanic era dominado y no tuvo un partido donde pudiera imponer su juego. La visita también jugó a lo que podía.

En suma, la diferencia no era más que cuatro (62-58) cuando ingresaron al tramo final. La defensa de Boca se mantuvo firme en la marca individual y logró que Peñarol se sintiera incómodo todo el tiempo, o bien, no se sintiera nunca Peñarol. Boca todavía tenía cosas para dar, nunca bajó los brazos, no dio por perdido el partido y siguió luchando.

Will Graves le ganó el duelo a los dos aleros del local (Mata y Lauría) y logró puntos incluso con la marca encima, en el tramo final fue clave para arrimar a los suyos. El partido se cerró en un “punto por punto” casi desde el inicio del último cuarto y empezaron a alternar el liderazgo del marcador por cada avance.

Un recupero en defensa y un triple de Lamonte le dio una ventaja de oro a Peñarol (78-73) a falta de 1:13 pero Alejandro Diez se ubicó muy rápido en la contra abierto al tiro de tres puntos, para clavar un triple esperanzador para los suyos (78-76). Luego Graves metió el empate en 78 y lo que parecía imposible se cumplió, a falta de 10 segundos para el final, O´Bannon metió un doble infernal por arriba de la marca para dejar el juego 78-80.

Apurado Peñarol por no perder el partido, le dio la pelota al de siempre: Kyle Lamonte la recibió en el eje con casi nada de tiempo y tomó la decisión correcta, fue para abajo, sorteó marcas y clavó el empate en 80 con una bandeja para llevar el juego a suplementario.

Allí el desgaste, el plantel más corto y el sacrificio defensivo les pasaron factura a Boca. Stanic, Alston, y los dos extranjeros de mitad de cancha parecieron desinflase. Lamonte había tomado la decisión de ganar el juego por demolición y acertó. Peñarol lució mucho más entero en el suplementario, de la cabeza y físicamente. Sacó una ventaja de dos, con Mata, luego dos libres del propio Marcos, una defensa y triple de Safar (91-84 a falta de 1:10). Ahora si, chau partido.

En el medio de un juego lleno de emociones aparece una forma de arbitraje permisiva y aunque no hubo faltas técnicas por protestas o situaciones de faltas antideportivas, el juego fue muy friccionado. Lamonte eligió a Silvio Guzmán como eje de sus protestas porque cada vez que iba para adentro le pegaban, Oscar Sánchez también protestaba lo mismo, pero al revés. Campazzo lo tenía agarrado a Stanic y si le pitaban falta no lo podía creer. Los chequeos en las cortinas eran todos en movimientos, “camiseteadas”, golpes varios y siga, siga.

El básquetbol argentino se debe un serio replanteo. Se pegan mucho adentro de la cancha y siempre el derrotado llora por los árbitros y los vencedores salen a decir “que no ganaron por los árbitros”. Es la misma cantinela siempre, dependiendo de quién gana y quien pierde. En lo particular, jamás en mi vida escuché un hincha, jugador, técnico o dirigente decir públicamente que ganaron GRACIAS A LOS ÁRBITROS, pero siempre escucho que PERDIERON POR CULPA DE ELLOS. Es curioso.

En definitiva, Peñarol logró en el marco de un partido muy intenso superar a un durísimo Boca y clasificar al Súper 8. El xeneize deberá recuperar a Martina y jugarse el pase en Bahía Blanca.

Síntesis:
Peñarol (80) (93): Facundo Campazzo 11, Kyle Lamonte 23, Marcos Mata 13, Leonardo Gutiérrez 19, Martín Leiva 15 (FI) Pablo Barrios 1, Selem Safar 9, Nicolás Lauría 0, Mariano Castets 2. DT: Sergio Hernández.

Boca (80) (88): Maximiliano Stanic 8, Larry O´Bannon 23, Williams Graves 23, Alejandro Diez 22 y Marcos D´Elia 2 (FI) Juan Brussino 0, Mariano Fierro 2, Derrick Alston 8. DT: Oscar Sánchez,

Parciales: 21-21, 34-38, 62-58 y 80-80
Árbitros: Fernando Sampietro y Silvio Guzmán
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)
Crónica: Pablo Tosal (En twitter @pablotosal)
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