El avión llegó puntual, pero los jugadores tuvieron que esperar más de media hora para mostrarse en público. La presión de la gente pasó por arriba el vallado de policías y se mezcló con la pequeña organización dispuesta para una conferencia de prensa.
Entonces, al caos originado le sobrevinieron actitudes entre grotescas e irrisorias. Por ejemplo, los organizadores de la Cabb amenazaron con levantar la conferencia de prensa, que sin ninguna duda hubiese sido la medida más correcta.
Cuando subieron los jugadores a un pequeño escenario el público sólo quería tocarlos, saludarlos, que firmen autógrafos, mientras que al encargado de prensa se le ocurría pedir silencio a los gritos.
Fue como apagar un incendio con nafta. Grotesco. Los subcampeones del mundo pisaron suelo argentino y el público, los que faltaron al colegio para ver a sus héroes, los que hicieron muchos kilómetros para verlos llegar a Ezeiza y demostrarles su gratitud, debían hacer silencio. ¿Existe contrasentido mayor?
¿Si era tan necesario una conferencia de prensa, porque no la organizaron después?. Lo concreto es que en medio de unos gritos de lógica euforia y un hombre pidiendo silencio a los gritos y retando a la gente hubo declaraciones de los jugadores y del técnico.
El primero aparecer fue Lucas Victoriano con una cámara en mano para registrar y guardar el increíble recibimiento. A él le siguieron Gabriel Fernández, Luis Scola, Leonardo Gutiérrez, Fabricio Oberto y Andrés Nocioni. Éstos últimos fueron los más codiciados por las chicas.
Luego del grito de “Dale Campeón...”, Horacio Muratore dio inicio a la Conferencia al decir que: “Estos son los verdaderos héroes”. La ronda de preguntas tuvo un orden, entre los medios para organizar algo entre tanto desorden.
“Nosotros sabemos que fuimos el mejor equipo. Estamos muy orgullosos pero desilusionados por no tener la medalla dorada en nuestro pecho”, comenzó diciendo Ginóbili. El nuevo fichaje de los Spurs hizo referencia a que sintió luego de la jugada polémica y habló sobre el rendimiento de su equipo. “Todos tenemos la sensación que nos robaron. Pero me voy conforme con el equipo. Creo que cuando derrotamos a Rusia nos dimos cuenta de nuestro potencial, pero después de vencer al Dream Team nos sentíamos imparables”.
Rubén Magnano destacó la solidaridad del equipo para llegar tan lejos en la Copa del Mundo y desea que se pueda aprovechar para bien este momento del básquet argentino. “Es una gran semilla que se acaba de sembrar. Queda en los dirigentes saber aprovechar el momento”. Para el cordobés fue muy importante el primer enfrentamiento de los cruces. “El partido de quiebre para bien o para mal es el de primer cruce. Por eso me pareció que el triunfo ante Brasil fue emocionante. El partido más decisivo”.
Por su parte Hugo Sconochini volvió a manifestar que dejará a la selección nacional. “Ya todos conocen la respuesta, pero antes del Mundial tomé una decisión y la voy a respetar. Dejo al equipo triste porque es un grupo magnífico, pero ahora le quiero pagar a mis familiares todo lo que hicieron por mí”. Antes que el capitán contestara la pregunta, Victoriano tomó el micrófono y cantó junto a todos “Hugo quedaté...”. Los jugadores se retiraron de la Sala de Cabotaje victoreados por todos. La mayoría pasó muchos minutos firmando autógrafos y sacando fotos para sus seguidores.
Luego de la conferencia, los jugadores fueron hospedados en el Hotel Panamericano de la Capital. Después irán como invitados a dos programas de televisión: el de Dady Brieva por Telefé y el de Marcelo Tinelli (se emitirá pasado mañana). Luego, está prevista una reunión con el presidente Eduardo Duhalde y tras un descanso, por la noche, el plantel tendrá su fiesta en Buenos Aires News.
Los únicos jugadores que no estarán en este programa son Rubén Wolkowyski (se quedó en los Estados Unidos para negociar su ingreso en la NBA), Alejandro Montecchia, que tiene que viajar a Bahía Blanca para arreglar asuntos familiares antes de partir para España, y Leonardo Gutiérrez, que por el mismo motivo se trasladará a Córdoba.
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