Chacarera de la Fusión

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
• 17/12/2014
• (22 comentarios )

Al inicio, por el desconocimiento de no haber jugado nunca entre sí y el respeto por saberse grandes rivales hubo un pequeño round de estudio. Y el primero que se salió del molde y “le faltó el respeto” al otro fue Quimsa, de la mano de Diego García que ofició de mago.

El escolta de la fusión fue contenido en el principio por Alejandro Konsztadt, mientras que Boccia fue sobre el base “Penca” Aguirre. La idea de Fernando Rivero, técnico de Peñarol, era plantear un partido de desgaste sobre el tirador local, mientras mandó a su mejor defensor a desarticular el juego del “Penca”. Una buena teoría siempre necesita una ejecución óptima y en este caso Quimsa ejecutó mejor.

Porque a pesar de las dificultades que le ponía la defensa “milrayitas” García se escapó en las cortinas un par de veces y anotó, ante asistencia de Aguirre. El base la pasaba, el escolta anotaba y Quimsa se fue arriba 12-9. Pero abrió el partido con su defensa. Primero con Gabriel Deck sobre Leo Gutiérrez haciendo un trabajo excepcional, luego todo el equipo cerrando siempre el pase de cualquier penetración milrayitas y finalmente la contención del rebote defensivo ante los tiros claros que logró tomar Peñarol y los erró. Un triple a la carrera sobre el cierre del primer cuarto dejó una ventaja apenas de dos (16-14) en el tanteador, pero en el desarrollo fue más grande para el equipo de Santander.

Los porcentajes de la visita por entonces eran víctimas de la defensa rival y las pérdidas (6) también. Eso cambiaría para el segundo cuarto. La rotación de los dos bancos de suplentes le cayó mejor a Peñarol, que con Masarelli y Giorgetti empató en 16 en dos minutos.

Desde allí la ofensiva del “milrayitas” tuvo dos problemas grandes: la defensa del rival y su propia impericia. Cuando Quimsa aflojó su gestión atrás o bien Peñarol movió el balón correctamente los tiros no entraron. El juego fue dejando a un equipo sin gol y a otro que sumaba en cuenta gota pero sumaba.

Una ráfaga de Diego García de triple y doble convertido estiró la ventaja (21-16) marcando por escándalo quien era el mejor jugador del partido. Cuando García salió a descansar su equipo encontró gol con Tintorelli porque los perimetrales estaban erráticos (0/6 entre Pérez y Fernández Chávez).

El partido era parejo (25-20) pero Boccia perdió un balón que quebró el segmento en dos, el recupero de Quimsa fue cortado con falta antideportiva de Boccia, en el apuro de recuperar ese mismo balón y desde allí la deferencia se disparó (33-20). El local cerró el cuarto con un parcial de 8-0 en dos minutos y una ventaja de 13.

Para el segundo tiempo, Peñarol salió decidido a tratar de dar vuelta el juego, pero no lo logró nunca. Hubo más actitud, más ganas de ganar en Quimsa. Y si acaso la energía era la misma, la del local en todo caso fue mejor empleada. Siempre los brazos abiertos en la defensa para apurar la línea de pase, siempre arriba del posible receptor, siempre continuando la jugada para obtener el rebote.

Hubo un rato para que Justin Giddens se luciera en acciones individuales tratando de darle vida al ataque (9 pts en 4 minutos) pero Quimsa aguantó bien encontrando respuesta en Gabriel Deck, Nico Aguirre y luego de la cuarta falta en Lucas Pérez.

Lo interesante fue la propuesta de Rivero de abrir el segundo tiempo nuevamente con Konsztadt sobre Diego García. Repitió la receta de Boccia sobre el “Penca” y esta vez lo contuvieron bien pero también le costó Konsztadt salir del partido por faltas.

Peñarol mejoró mucho en el tercer cuarto (el único segmento que ganó) pero le pasó lo mismo que a Quimsa en el primero, por más que pudo dominar el trámite, el tanteador no lo reflejó. Lo pienso así: encontró “tiros naturales”, propios de sus sistemas y su juego, mientras que la Fusión encontró “soluciones”.

La mejoría de la visita solo recortó la diferencia en dos puntos (51-40) para el ingreso al último cuarto. Y en el segmento decisivo el local no dejó ningún tipo de duda que mereció ganar. Sacó diferencias en los dos costados de la cancha. Vulneró de manera permanente a una defensa que lo corría de atrás. Peñarol no pudo nunca meter una secuencia de tres defensas seguidas con conversión para recortar una diferencia que estaba clavada en 15 pts.

En los cinco finales la distancia se abrió a 20 puntos, una diferencia que refleja mejor el desarrollo del partido. Los rebotes defensivos de Quimsa, la permanente actitud para pelear todas las pelotas divididas, el sacrificio para sacarle a Peñarol una y otra vez todas las situaciones que disfruta en ataque. Por momentos lo maniató.

El equipo de Rivero reaccionó solo esporádicamente con Ale Diez primero, luego con Leo Gutiérrez pero apenas fueron ráfagas, nada consistente. Su frustración nacía en la imposibilidad de defenderlo al rival. El milrayitas, además erró muchos tiros a pie firme en una mala noche de sus tiradores.

Finalmente la distancia se recortó porque Peñarol siguió a fondo (incluso los últimos dos minutos hizo presión todo el campo) y logró encontrar gol para bajar una desventaja de 21 (77-56) a 15 (81-66). Lo cierto fue que Quimsa ya había hecho todo lo que tenía que hacer. Y fue tan claro y contundente que no dejó dudas: es el equipo con mejor presente de la Liga.

Síntesis
Quimsa (81): Nicolás Aguirre 12, Diego García 24, Sebastián Vega 10, Gabriel Deck 6 y Robert Battle 7 (FI) Damián Tintorelli 12, Lucas Pérez 5, Juan Fernández Chávez 5. DT Silvio Santander

Peñarol (66): Alejandro Konsztadt 0, Adrian Boccia 6, Justin Giddens 13, Leo Gutiérrez 10 y Martín Leiva 10 (FI) Luciano Massarelli 7, Alejandro Diez 7, Fabián Sahdi 7, Gabriel Fernández 0, Franco Giorgetti 2 y Jerónimo Barón 4. DT Fernando Rivero

Parciales: 16-14, 33-20, 51-40
Árbitros: Estévez, Sampietro, Chiti.
Estadio: Ciudad – Santiago del Estero

Foto: Majo Gil (@MajoPick)
Crónica: Pablo Tosal (@pablotosal)