Nuevamente desde el Air Canada Center, en el país que más al norte está del continente, los Raptors recibían al conjunto capitalino en búsqueda de empatar la contienda y tener que dejar su hogar con la serie desde cero. Sin embargo, pese a tener un excelente comienzo del encuentro, la visita mostró su experiencia y dio vuelta el resultado.
Con todo salió a jugar el encuentro el local, casi obligado a ganar. Sin regalar espacios en defensa y con una eficacia alta, comenzada por DeRozan con la primera conversión en el segundo intento del partido más un doble y falta, Toronto empezó el cotejo con un rápido 7-0. Con la inclinación de jugar por el perímetro en ambos bandos, donde hasta los más altos probaban suerte solamente con tiros de media distancia, parecía que la zona pintada era un lugar prohibido para cualquier jugador que no tenga el atrevimiento de enfrentarse a las bestias bajo el poste.
En un puñado de minutos, el local se vería arriba del marcador por 12-2, que, después de un triple de Ross, tentó a Randy Wittman a solicitar un tiempo muerto, que terminó levantando mínimamente a los suyos, con John Wall que comenzaba a animarse a penetrar y ser el motor de un equipo con la velocidad que lo caracteriza.
Pese a la mínima reducción de efectividad para los dos, no maximizada por los constantes ataques, el primer cuarto terminó con victoria parcial del local por 26-32.
A la vuelta, con unas pequeñas apariciones de Nene sumado a las ausencias claves de DeRozan y Ross, que bajó los niveles de Toronto, el juego comenzaría a desnivelarse de a poco, hasta el retorno de DeRozan, que, a segundos de su ingreso, robó y asistió para un contragolpe de Patterson y no perder el equilibro que consiguieron en el arranque.
A mitad del cuarto, la entrada del excéntrico James Johnson y su cabello rojo hicieron explotar al recinto, que actuó en contraposición a lo que sucedería en el parqué; luego de que un triple de Pierce, una doble de Nene y una canasta de Beal igualen el marcador en 41, John Wall aprovechó su explosividad y con corridas, robos, presiones y asistencias provocó una ráfaga de furia visitante que perjudicó a los Raptors, desconcertados por completo ante un Wizards que le salían todas bien y concretaría un parcial de 13-0 para adelantarse 56-45 en el marcador, que luego terminaría en el cierre de la primera mitad por 60-49, con un Bradley Beal que aparecía en los momentos claves para no perder la ventaja y un John Wall que cumplía la función de estirar las brechas a favor.
En el complemento, un buen arranque de los Raptors, que en cuatro minutos acortó la diferencia a tan solo dos unidades (63-65) con un porcentaje alto de efectividad también a la salida de los vestuarios, tendría poco tiempo de éxtasis: en otro minuto, Wall, combinado con el juego interno de Gortat y Nene, extenderían la distancia nuevamente a doce puntos (73-61).
Con varios tiros libres y duelos a seguir en la pintura, con variantes en la visita para marcar a un inspirado Valanciunas, el partido se achacó con varios sucesivos cortes que no permitían la fluidez del juego.
Hasta que reapareció la mejor versión de los Wizards. Luego de que Wall haga una jugada de cuatro puntos (una canasta en bandeja con falta, sumado a un técnica) post tapón a Lou Williams y llegara a la mayor diferencia (17, en un parcial 84-68), llegaría una serie de triples de parte de la visita que se cansó de romper esa mayor distancia: Wall puso el 91-71, Gooden el 94-73 y Porter el 97-75, para irse al último período con esa diferencia, luego de que el base erre lo que hubiese sido el cuarto triple consecutivo para la visita.
Igualmente, para seguir con ese hilo destructor desde detrás de la línea, Porter arrancó el último cuarto con un triple para poner la mayor distancia que se conseguiría en el encuentro (100-77).
Pese a que el marcador casi sentencie el cotejo, los Raptors no bajaron los brazos y aprovecharon la dejadez de los Wizards para imponer un 10-0 que dejaba el partido en un abierto 102-89, donde Lou Williams sacó su chapa de mejor sexto hombre y condujo a un equipo que parecía liquidado.
Sin embago, a falta de tres minutos y un triple de Greivis Vásquez que dejó la diferencia a diez (106-96), no se sacarían más ventajas; aunque Toronto tenía la confianza en ofensiva, la defensa solo actuaba para cortar jugadas y provocar tiros libres en contra, que, en manos de jugadores de alto nivel de playoff, serían una eminencia.
De esta manera, el encuentro terminó en un 117-106 a favor de los Wizards, que se quedarían con el segundo encuentro de la serie con un partidazo de sus armadores; Bradley Beal terminó goleador con 28 unidades, mientras que Wall fue la figura con 26 y 17 asistencias. Porter también fue una de las apariciones importantes, con 15 puntos. En la vereda contraria, DeRozan y Williams compartieron podio anotador, con 20, aunque el titular se halló mejor posicionado con las asistencias, tras repartir siete.
Lucas Barreña
@LucasBarrena
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