Compartiendo nominaciones con los mejores jugadores de la liga, como James Harden, Russell Westbrook, LeBron James o Anthony Davis, el #30 de Golden State era, para la mayoría, quien sacaba una ventaja con respecto a sus competidores. Si bien la determinación puntual de que se quedara con el MVP fue sancionada recién este lunes, hace tiempo que todos especulaban con que Curry se quedaría con el premio.
A sus 27 años y oriundo de Akon, Ohio, como un tal LeBron James, Stephen se convirtió en el mejor de la NBA. Con promedios de 23.8 puntos, 7.7 asistencias y 4.3 rebotes, el base es la figura con la que los Warriors llegaron hasta la cima de la Conferencia Oeste, la más dura de las dos.
Caracterizado por su habilidad con las piernas y el bote de la pelota, donde siempre saca un truco nuevo de la galera, el tiro de tres puntos es su arma más fuerte, la que lo marca. Curry es uno de los lanzadores de triples que “arma” el brazo más rápidamente para tirar, y con una efectividad asombrosa. Tal así, que hace unas semanas, en un entrenamiento colgó ¡77 triples encestados al hilo! de un total de 100 intentados, de los cuales convirtió 94.
Siendo el quinto base que se queda con un MVP de temporada, detrás de Cousy, Magic Johnson, Nash y Derrick Rose, el hijo del reconocido Dell Curry, el máximo anotador de la historia de los Charlotte Hornets, va por más. Después de romper durante tres temporadas seguidas su propio récord de ser el jugador que más triples, esta campaña acumuló 286 tiros de tres y arrastró a su franquicia a las Semifinales del Este, donde vencen por 1-0 a los Grizzlies de Memphis.
Conocido por ser uno de los que pueden cambiar el rumbo del partido, Curry saca provecho de su tiro y precisión en los momentos más difíciles de los encuentros; durante el clutch time, los minutos finales de un partido peleado en el marcador, el base suele aparecer con algún triple o tiro imposible para darle la victoria a su equipo y que explote el Oracle Arena, siempre repleto y con un marco espectacular facilitado por sus fans.
Se divierte, mete cross-overs por doquier, coquetea con el público y marea rivales. Amaga, dribblea y tira pases especiales. Pases que solo su mano puede dar, siempre con una especialidad nueva. Fajas, semifajas y hasta sin mirar.
Sin lugar a dudas, Stephen Curry no es un jugador más. Ni siquiera, un MVP más. Stephen Curry marcará una era, así como lo hicieron, en la historia reciente, Michael Jordan, Kobe Bryant y LeBron James. Será su primer premio al Jugador Más Valioso, pero difícilmente sea el único. Sin siquiera todavía coronarse campeón ni tener ningún anillo en su mano, el camino de este base empieza a recorrer desde esta temporada, la que será recordada por sus triples y el primer MVP.
Esto recién empieza, señores, se viene La era Curry. ¿Habrá más? Seguro, sólo falta esperar.
Lucas Barreña
@LucasBarrena
www.pickandroll.com.ar
DEJA UN COMENTARIO