Esta noche, a partir de las 22 de la Argentina, el mundo del básquetbol se detiene; posará sus ojos ante el mayor espectáculo que pueda llegarse a ver. Los Cleveland Cavaliers y los Golden State Warriors darán inicio a las finales, en la que no solo reinará la espectacularidad, sino que se vestirá con ribetes históricos.
Nada será igual una vez concluida esta serie, que será al mejor de siete encuentros y tendrá formato 2-2-1-1-1. Los Cavaliers van en busca del primer título de su historia, aquel que los San Antonio Spurs de Ginóbili y Oberto le negaron en 2007 con la carga de llevar sobre sus espaldas el apoyo de una ciudad que no festeja logros deportivos desde hace 51 años.
Del otro lado están los explosivos Warriors, quienes pisan las finales por primera vez en 40 años. Al Attles, técnico de aquel equipo campeón liderado por Rick Barry, fue quien entregó a Curry el trofeo de campeón del Oeste con el objetivo de traspasar a manos de estos jóvenes el legado de aquellos consagrados.
Es imposible dejar de analizar el choque sin pensar en los dos grandes nombres de la serie: LeBron James y Stephen Curry. El jugador del momento ante el que ha dominado la última década. El MVP de la temporada frente al mejor del mundo, cara a cara. Al ser consultado sobre cómo iban a intentar defender al base de los Warriors, el Rey respondió: “De la misma manera de cómo me frenarían ellos a mí. No puedes hacerlo".
El niño mimado de Akron llega a estas finales con una media de 27.6 puntos, 10. Rebotes y 8.3 asistencias en 40.7 minutos durante los playoff. Por su parte, durante la postemporada Curry tuvo una media de 29.2 tantos (43.7% en triples), 4.9 tableros y 6.4 pases gol.
El equipo de David Blatt llega en su mejor momento, pero con algunas dudas respecto a cuestiones físicas, sin Kevin Love y con un Kyrie Irving que llega con lo justo tras los dolores en su rodilla, que lo marginaron de los partidos tres y cuatro de la seria ante Atlanta.
Por suerte para Steve Kerr, los médicos y la NBA le dieron rienda a libre a Klay Thompson luego de haber sufrido una conmoción cerebral durante el quinto juegos de las finales del Oeste ante los Houston Rockets, al tiempo que Marreese Speight (se lesionó en semis de conferencia ante Memphis) podría estar de regreso.
El mundo del básquetbol esperó ansioso este omento. La NBA se prepara para coronar a un nuevo campeón, pero antes la emoción estará garantizada.
Sebastián Ciano
Twitter: @Seba_Ciano
www.pickandroll.com.ar
DEJA UN COMENTARIO