"Atenas está haciendo un cambio de paradigma mental"

• Ignacio Miranda (@nachomiranda14)
• 14/11/2016
• (12 comentarios )

El reloj marca las 14:30 y, en plena siesta, la capital correntina sufre una de las peores temperaturas, mostrando el presagio de lo que será un verano sumamente caluroso. Sin embargo, Gustavo “el zurdo” Miravet no anda con percances y atiende a la hora pactada al equipo de Pick and Roll en el restaurant del Hotel Confianza. Mientras toma su té luego de haber almorzado, el entrenador de Atenas nos cuenta con la claridad y contundencia que lo caracterizan su nueva experiencia en el club cordobés, los conflictos con los que se encontró en su llegada al plantel, el proyecto de formativas y las situaciones de algunos equipos de la Liga Nacional.

¿Cómo se dio esta nueva llegada a Atenas?

Fue rápida y sorpresiva, no me la esperaba. A mediados de octubre me llamaron de la dirigencia e inmediatamente nos pusimos de acuerdo con lo que se quería para el equipo.

Al igual que en el 2014 cuando te llamaron por primera vez, esta vez se dio todo muy de repente, ¿influyó en tu decisión que sea Atenas el que te haya llamado?

El del 2014 y este son dos equipos muy distintos. El de esa temporada eran todos jugadores nacionales, la mayoría eran jugadores de Córdoba a los que dirigí en formativas o los conocía y hasta había jugado con algunos. Era un equipo muy unido. El equipo actual es distinto, de las ocho fichas mayores cuatro son americanos y, sinceramente, el tiempo de recuperación está siendo un poco más difícil.

Ya con un poco de tiempo en el mando, ¿creés que fue una buena decisión volver al club?

La decisión la tomé. Quería dirigir (dice el zurdo con énfasis), entendía que el equipo que tiene Atenas en cuanto a nombres es un buen equipo. Todavía creo que el plantel puede terminar jugando bien y ganar más partidos de los que llevamos hasta ahora. Cuando llegué no tenía toda la información, pregunté a la dirigencia cómo estaban los jugadores. Los problemas que “se decían” que existían en el plantel eran un poco más profundos: el equipo, al no hacer una pretemporada larga, estaba atrasado físicamente y recién ahora se está acomodando, los extranjeros llegaron una semana antes de que empiece la competencia y también se está notando el atraso táctico con respecto a los demás clubes. La renuncia de un entrenador y el cambio de un nacional por un extranjero también hacen que al equipo le cueste crecer. Además, internamente no hay mucha cohesión y por eso nos está costando construir todo.

En los últimos partidos probaste una formación distinta a la habitual que venía usando Atenas, ¿tuviste alguna presión de la dirigencia cuando tomaste la decisión de hacer esos cambios?

La dirigencia no se mete jamás en lo táctico, pero sí hay una idea como institución desde allí. Nosotros iniciamos hace dos años un plan de reclutamiento en el club que, actualmente, está dando sus frutos. Franco Baralle, Leonardo Lema, Joaquín Lallana, entre otros, son algunos de los ejemplos. La dirigencia está apostando mucho por estos chicos y la idea es que uno o dos de ellos sumen minutos en la Liga. La política institucional es que Atenas vuelva a ser el club que todos los años tenía un par de jugadores provenientes de las inferiores. A ese quinteto lo cambié porque estamos teniendo 12 o 15 minutos de juego muy buenos y de los seis partidos que perdimos, salvo contra Quimsa, a todos les sacamos diez o más puntos en algún momento y todos ellos los perdimos por muy poca diferencia. Esto se da por el atraso táctico, físico y de cohesión. Lo que ahora estoy buscando es que esos 12 o 15 minutos se conviertan en 25 minutos de buen básquet, porque cuando el equipo cae en rendimiento y velocidad se nos van los partidos y por esto busco variantes en la rotación, para tratar de aguantar el ritmo. Buscamos poder salir agresivos en el inicio para que en el cierre los que tengan que entrar puedan llegar descansados, manteniendo esa intensidad.

Yendo a esa parte de la preparación, ¿cómo se trabaja ahora en ese costado? ¿qué haces en los entrenamientos?

Llevo diez partidos y un mes en el cargo. Los entrenamientos no son muchos, tengo la misma cantidad de entrenamientos que de juegos y los días de práctica no siempre podés hacer algo con cargas altas porque algunos de ellos son pre o post partidos. Ojo, eso es contradictorio con el presente de Atenas, pero el reglamento ya estaba establecido previamente y tenés que preparar el equipo y el plantel para la competencia que se juega. El momento en el que se puede ordenar al plantel es en la pretemporada, donde podés entrenar 60 días antes de que empiece el torneo. Ahora, en competencia, intentamos construir muy de a poco la idea en los entrenamientos y en los partidos.

Ni bien llegaste hiciste el cambio de Juan Manuel Torres por Lisandro Rasio y ahora está en duda Dwayne Jones, ¿pensás que hace falta algún otro ajuste?

Lo de Torres por Rasio fue porque el equipo tenía tres pivotes, había que buscar un recambio en la posición de ala pivote. El equipo no tenía recambios: había tres pivotes, un ala pivote, un alero, un escolta y dos bases, necesitábamos reestructurar al equipo y todavía tenemos que seguir modificándolo. No hay cohesión entre los componentes y no puedo esperar que la haya cuando no hay intención de construir entre algunos de los integrantes. A pesar de que cambiar no te garantiza nada, sí te garantiza que se pueda construir trayendo jugadores que vos sepas que en el proceso van a estar con la misma idea que vos y el equipo. Atenas necesita hoy tener un plantel en el que todos tiren para el mismo lado.

¿Sentís que todos tienen el mismo nivel de compromiso en el equipo?

Los jugadores quieren ganar y tienen disposición para trabajar, pero hay intereses personales y distintos que no tienen que ver con lo que necesitamos, entonces eso está dañando al equipo y está evitando la construcción. Encima no hay tiempo porque corren los partidos y hoy me parece que Atenas va a competir como lo está siendo, pero no va a ser un equipo saludable desde la idea que se quiere porque no todos los integrantes están enfocados y sus intereses no son los mismos que los que necesitamos. Esto hace que por momentos el equipo esté separado, que algunos estén con la cabeza en lo que se debe hacer para salir adelante y otros por momentos no.

Estando en un momento complicado, ¿cómo manejás mentalmente a los jugadores?

Esto es un deporte profesional y al contratar jugadores estos se tienen que meter dentro de los objetivos y los roles que les da el conductor y el que no esté conforme con lo que se quiera hacer para el bien del equipo es difícil que siga perteneciendo.

¿Cómo trabajás con los jugadores jóvenes que llegan a la Liga?

Se logró un equipo de trabajo para las formativas, liderado por Gustavo Rossoto que está a cargo de la ejecución del proyecto deportivo. Los chicos tienen un nutricionista, hay un control de cómo viven y cómo comen. Queremos, además, agregar un registro y otras áreas para que estos jóvenes se vayan preparando integralmente, que cada área funcione bien y que colabore en la formación del futuro de cada chico. Entiendo que, sin embargo, se apuró un poco el proceso con Lema (Lorenzo) y con Baralle (Franco), pero ambos mental y emocionalmente están preparados y a nosotros nos da mucha satisfacción que especialmente Lorenzo, quien viene teniendo muchos minutos, se mantenga en la línea que deseábamos a pesar de ya estar jugando y esperamos que pase lo mismo con Franco cuando le toque hacerlo.

Con todo este rediseño de lo que fue la Liga, no muchos equipos están apostando por los jugadores jóvenes, ¿qué pensás acerca de eso?

No se trata de poner jugadores jóvenes, creo que los jóvenes deben jugar cuando estén realmente preparados. Por ejemplo, si pongo diez jugadores jóvenes y hay seis que no están preparados no sirve. Creo que con Lema apuramos un poco el proceso porque fue un momento del club, pero por suerte respondió bien y lo mismo vamos a hacer con Baralle, quien si no responde volverá a esperar. Cuando hablo de responder no me refiero a lo que hacen dentro de la cancha, sino a "qué tan preparados están mental, emocional, muscular y tácticamente para ocupar ese lugar en la elite". No es cuestión de poner pibes, lo que sí creo es que es una liga para jugar con diez u once jugadores y por situación reglamentaria ya te obliga a jugar con tres o cuatro chicos. Por el nivel de competencia, necesitás un plantel atlético, dinámico e intenso.

¿Pensás que lo de Bahia, un equipo que tuvo la suerte de jugar con muchos jóvenes, fue una excepción?

A mí me da mucha felicidad lo que le pasa a Bahia, pero en especial por el club Hindú de Córdoba, ya que tres de los jugadores más determinantes del equipo bahiense (Gastón Whelan y los hermanos Vaulet) son surgidos en el equipo cordobés y son parte de un proyecto de formación y reclutamiento que iniciamos en el club en 1997. Creo que Juan Ignacio “Pepe” Sánchez vio lo que se hacía en el club y hasta tomó algunas cosas, situación que me genera mucha alegría porque no sé si otro equipo en la Argentina ha dado tantos jugadores. Me da mucha felicidad que la columna vertebral del actual Bahía sea Hindú y está bueno imitar el proyecto.

Con respecto al cambio de calendario, en donde se vienen jugando muchos partidos por semana, ¿es una mejoría?

Son decisiones que tomaron las personas encargadas de hacerlo, hay que darle un tiempo de verdad. Nosotros los entrenadores venimos pidiendo siempre tiempo (se ríe), cuatro cinco años sería lo ideal para saber si algo como esto funciona o no. Si yo tengo que hablar en función del equipo que tengo, a nosotros nos conviene jugar una vez por semana, pero yo no puedo hablar en función del equipo, hay que seguir apostando, dándole tiempo y después se hará una evaluación para ver si es conveniente o si es necesario cambiar algo.

¿Qué te parece el modelo de San Lorenzo?

Acá cada uno arma el equipo como quiere. Por un lado, tenés a Bahía que apostó por foguear a los jóvenes que ahora son una realidad y por otro tenés un equipo como San Lorenzo que se armó para salir campeón, que tiene presupuesto, contrató a uno de los tres mejores entrenadores del país y es algo que también está bien. En ese lugar que es la elite vos te posicionás de la forma que desees seguir y afrontar la competencia. No hay una forma correcta de tener un proyecto deportivo, todo depende del plan y de la idea institucional de cada club.

¿No estás de acuerdo entonces con que San Lorenzo se transforme en un equipo como el Real Madrid, donde quieren ir todos los jugadores?

Eso es mérito de San Lorenzo y está bien porque eso habla correctamente de tu gestión, del proyecto que estás llevando a cabo. Hay que reconocer lo que está haciendo un equipo así porque despierta al resto, es copiar y pegar. Por ejemplo, lo que están haciendo Quimsa u Olímpico es un despertar porque te ayuda a mejorar, te ayuda a preguntarte: “pará algo estamos haciendo mal”. Hay que ser amplios, hay muchas maneras de hacer crecer al básquet; todo lo que sea bien organizado, planificado y con una idea clara es bienvenido para el crecimiento.

¿En qué momento creés que está Atenas en este proceso?

En el inicio. Atenas tiene una idea muy buena, con un plan formativo que empezó hace dos años y ya se están dando pequeños indicios del buen trabajo. Otro tema tiene que ver con hacer una temporada en función de eso, es decir, si la formación de jugadores va a ser prioridad, hay que diagramar un equipo en donde esa sea una pata más. Están apostando al cambio, pero a veces no le terminan saliendo bien por ese pensamiento que “Atenas tiene que ganar siempre”. Se toman, a veces, decisiones apresuradas en donde las cosas terminan sin salir de la forma esperada por esa urgencia. Por ende, Atenas está haciendo un cambio de paradigma mental en cuanto a cómo organizarse como institución, cómo hacer el armado del plantel, darles importancia a los equipos de trabajo y trabajar en conjunto entre todos para la selección de jugadores.

Nacho Miranda

@nachomiranda14