La voz del Chapu: "Desde chiquito veía los partidos en Televisión Española, que los daban muy temprano en Argentina, normalmente 6 o 7 de la mañana. Me levantaba con la ilusión de ver ese básquet junto a mi padre y a mi hermano. Poder cumplir 300 partidos en una liga como la española es increíble. Me hace mucha ilusión y se me pone la piel de gallina, porque no sabía que iba a llegar hasta 300. Es un orgullo poder cumplir este número y ojalá que sean muchos más"
El mejor de los 300 partidos: "Me quedo con el tercer partido de la final ante Unicaja. Yo era muy joven y realmente jugué un partido increíble que sirvió para dar la vuelta a un partido que no venía de la mejor manera. Por la edad que tenía, porque me estaba haciendo el hueco, realmente fue un partido increíble y ayudé a levantarlo y a salir campeón"
Su llegada al Real Madrid: "Cuando llegó lo del Madrid, lo tomé como algo ambicioso. Veía que era arriesgado y difícil, porque venía a suplir a alguien tan importante como era Mirotic, joven, atlético... y yo obviamente ya no tengo esa parte en mi juego. Yo sabía que podía hacerlo bien, sabía que podía ser una pieza importante de ese equipo y me considero una parte importante de este Real Madrid. Obviamente un rol diferente, el primer año diferente al segundo y este tercero diferente al segundo, pero es normal y es un desafío que me llena mucho"
Después de ser jugador, ¿qué?: "Entrenador no creo que sea, lo tengo bastante claro. Sí podría ser un entrenador ayudante, pero ayudante más que nada en otras facetas, no ayudante así en el banco. Me gustaría más trabajar fundamentos y cosas con chicos jóvenes, transmitir experiencias"
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