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Otro escándalo en Olavarría

Una victoria de locos

Quilmes tuvo una actuación superlativa en el Maxi Gimnasio de Estudiantes y se llevó un partidazo por 102-95. Pablo Gil, Jaz Cowan, Nicolás Romano, Carlos Dixon fueron los puntos altos. En Peñarol dieron la cara González y Jackson. El clásico fue un partido apasionante como pocas veces se dio. Lamentablemente, una vez terminado, se dio el bochorno.

Que de sentimientos encontrados! Cuanta belleza en un parquet, cuanto básquet, cuanta miseria y cuanta porquería junta. Es la biblia y el calefón. Un partido INOLVIDABLE por su lugar y por su desarrollo y un final del que nos encargaremos en nota aparte. La crónica de la victoria de Quilmes no puede (no debe) verse empañada por los estúpidos de siempre.

Hacía rato que un técnico no sorprendía tanto en el inicio de un clásico. Salió con una media cancha con Carlos Dixon, Pablo Gil y Maximiliano Maciel.¿Las razones? Hernando Salles estaba con un estado gripal (luego jugó). Pero la pelota la subían entre Maciel y Dixon. Increíble.

La apuesta inicial le salió muy bien. Porque metió además otra variante. El juego interior salió con Nicolás Romano y Jaz Cowan. Dos alas pivotes para contener al pivote nacional más determinantes. Demasiadas variantes para probarlas en una cancha desconocida y nada menos que contra Peñarol. Pero el coraje de De la fuente para instrumentarlo fue el mismo de los jugadores para desarrollarlo.

Una actuación sobresaliente de Cowan (12 pts) en el inicio (en los dos costados de la cancha) muy bien acompañado por Romano(7). Sergio Hernández tuvo que pedir un rápido minuto para descifrar la formación quilmeña y poner nuevas líneas. Per fue inútil, la velocidad del juego interior quilmeño fue superior y sacó diferencias, sobre todo cuando aparecido Dixon (5 pts) y la diferencia se hizo de 9 (17-26). Peñarol cerró excelente el cuarto con un parcial 7-0 merced a su dupla de media cancha Tato y Jackson.

En el segundo cuarto el quinteto más defensivo de Peñarol logró bajarle el goleo a su oponente. Picarelli, Muruaga, Jackson (luego Vega), Diez y Reinick establecieron lucha y defensa. Pero no goles. De la Fuente también movió el banco con Salles y Calderón a la cancha. Ninguno de los dos equipos encontró el sustento en un solo jugador, ambos debieron luchar para llegar al gol. Acaso fue el pasaje más chato del partido, pero el más defensivo también.

El segundo tiempo fue el festival del gol. Apasionante por la paridad y las variantes en el liderazgo del tanteador. Al menos 20 veces cambió el dominio del score. Cada doble era contestado por otro, lo mismo que los triples. Las distancias siempre fueron de un punto. Peñarol apoyó casi toda su fuerza ofensiva en la versatilidad de Jackson (11), indetenible para sus marcadores en ese lapso. Una gran tarea de Mata fue el complemento. Por Quilmes hubo respuestas de Calderón (8) mientras Salles, Dixon y Gil acompañaron.

El segmento final fue apasionante por la incertidumbre del resultado y el alto goleo. Quilmes se lo lleva con un alto porcentaje en triples (4/7) y otro acierto de De la Fuente. “Cuando buscas cosas distintas y te va bien, sos un héroe, si te va mal sos un tipo que no sabe de básquet, esto es así” se restó méritos post partido el técnico de Quilmes.

El cabezón lo sacó a Cowan y Calderón y metió a Romano de pivote y a Maciel de ala pivote. En teoría una locura. Pero al poco tiempo, Sergio Hernández se vio obligado a sacarlo a Román González para contestarle con un quinteto más bajo e igualar la velocidad de pases y ejecución que tenía Quilmes.

Sin el pivote en cancha, hubo otra apuesta más de De la Fuente. Esteban López se hizo cargo de la base, para tener un frente de defensa muy ágil y picante, para detener los posibles embates de Tato Rodríguez y Jackson. Estaba escrito que la noche sería de Quilmes porque cada prueba que intentó el técnico salió bien. La noche le sonreía.

El cervecero distribuyó 34 puntos en el cuarto final entre 4 jugadores: Dixon (5), Gil (9), Cowan (8) y Romano (12). Peñarol dio la sensación que iba con lo que tenía, vivió siempre el partido que Quilmes le dejó. No se sintió cómodo nunca. Pero sucede que Peñarol siempre anda con respuestas ofensivas en la mano y aún perdiendo metió 95 puntos.

Su problema fue defensivo, sin encontrarle la vuelta al partido. ´Tuvo la virtud de ponerse en juego cuando le dominaron distancias de 8 puntos. Pasó a ganar por 7, pero nunca logró frenar a su oponente más de dos ataques seguidos.

El clásico fue Quilmes por que a su espíritu de lucha le agregó, sorpresa, juego, y vuelo individual. Justo frente al rival que más quería que le salieran las cosas, todo se le dio redondo. Después la fiesta se empañó. Pero nadie debería borrar semejante partido de la historia.

Síntesis

Peñarol (95): Tato Rodríguez 15, David Jackson 26, Marcos Mata 5, Byron Johnson 8, Román González 21 (FI), Lucas Picarelli 4, Alejandro Diez 4, José Muruaga 10, Alejandro Reinick 2 y Sebastián Vega 0. DT Sergio Hernández

Quilmes (102): Carlos Dixon 18, Pablo Gil 24, Maximiliano Maciel 0, Nicolás Romano 20 y Jaz Cowan 26 (FI) Hernando Salles 2, Pedro Calderón 10, Esteban López 2 y Facundo Piñero 0. DT Esteban De la Fuente.

Parciales: 24-26, 42-44, 68-68

Árbitros: Fernando Sampietro – Leonardo Mendoza

Estadio: Maxi Gimnasio Club Estudiantes Olavarría (2500 personas)

Fuente: Pick and Roll 8/11/2008.

COMENTARIOS (1)

marg 15/03/2017

Que tiene que ver el titulo de la nota con el contenido???????

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