Atlanta Hawks es el último invitado a los Playoffs en la Conferencia Este, y le tocó bailar con la más fea. Nada más y nada menos que contra Miami Heat. Ese equipo que incluso con ausencias de sus principales jugadores, se las apañó para mantenerse en lo más alto de la tabla y finalizaron la campaña como líderes indiscutidos.
Los Heat fueron campeones del Este en 2020 con un equipo muy similar al actual, donde cayeron ante Los Ángeles Lakers quizás por su falta de experiencia. Pero solucionaron el problema tras caer en primera ronda el año pasado ante Milwaukee Bucks. Sumaron a sus filas a Kyle Lowry (campeón en 2019 con Toronto Raptors) y P.J. Tucker (vigente campeón con los Bucks). Por el otro lado, los Hawks vienen de llegar a finales de Conferencia y no hicieron ese salto de experiencia. Son un equipo prácticamente similar que no se encontró este año y llegaron hasta aquí tras ganar dos partidos en el play-in.
¿Qué decir de Miami? Son un equipo muy completo con jugadores compenetrados donde cada uno entiende su rol a la perfección. Jimmy Butler es el líder y mejor jugador, Lowry es el base organizador y defensor que necesitaban, Tyler Herro la chispa anotadora, en quien se puede confiar cuando las papas queman a pesar de su juventud, P.J. Tucker un defensor muy aguerrido y gran tirador de tres y Bam Adebayo como ese pívot móvil, candidato incluso al defensor del año.
Los de Florida finalizaron con un récord de 53-29, muy meritorio teniendo en cuenta que Butler se perdió 25 partidos, Adebayo 26 y Lowry 19. Eso habla de gran manera de su entrenador Erick Spoelstra quien supo sacarle el máximo potencial a toda su plantilla y jugadores que no fueron drafteados como Duncan Robinson, Gabe Vincent, Max Strus o Caleb Martin promedian todos arriba de 8,7 puntos. Además, cuentan con un Victor Oladipo en ascenso que en los últimos cinco partidos aportó 15,8 puntos.
Miami es un equipo firme y sólido que finalizó décimo en ofensiva (113,7) y quinto en defensa (109,1). Enfrente tendrán un equipo completamente inestable como lo es Atlanta. Los Hawks dependen casi en su totalidad de su estrella Trae Young quien fue el máximo anotador y asistente total de la liga, hazaña que se había conseguido solo una vez en la historia. El base fue la gran figura para derrotar a Cleveland Cavaliers en el play-in y conseguir el boleto a la cita máxima con 38 puntos y 9 asistencias.
El equipo dirigido por Nate McMillan fue el segundo mejor ataque de toda la liga con 116,5 puntos por partido, pero a la vez, la cuarta peor defensa con 114,9 puntos recibidos. Son muy descompensados y hay una famosa frase que dice: “el ataque gana partidos, la defensa campeonatos” y los Hawks no se ajustan a eso.
El historial marca un 3-1 a favor de los Heat en temporada regular. Butler jugó en tres de ellos y aportó 18,7 puntos, Herro 20, Adebayo 22,5 (en dos), mientras que por el lado de Altanta Young promedió 25,5 y, de sus compañeros, nadie llegó a los 16, lo que demuestra la gran diferencia de plantilla que hay. Además, Clint Capela abandonó el partido lesionado y no se sabe la gravedad ni cuanto tiempo estará fuera. Cabe destacar que John Collins no juega desde el 11 de marzo.
Miami Heat llega a los Playoffs como uno de los máximos candidatos a llevarse el anillo. Despacito y por las piedras se quedaron con el mejor récord del Este. Buscarán demostrar por qué llegaron a las finales hace dos años, pero ahora con más experiencia. Atlanta Hawks desembarca en la cita máxima con más dudas que certezas y su paso por aquí puede ser muy breve. Trae Young deberá darlo todo de sí para eliminar a un equipo tan duro como el de Butler y compañía.
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