“Efímero para mí lo que para otro un sueño” cierra el segundo verso del tema “Otra vuelta de tuerca” de la banda Las Pastillas del Abuelo. Y esa frase calza a la perfección en la historia que paso a contarles.
Es que para selecciones como Argentina o Brasil, o incluso para otras como Chile, Paraguay, Venezuela y Colombia, las victorias se dan con relativa facilidad y han contabilizado de a decenas, por no decir centenas, a lo largo de su historia dentro del básquet femenino. Pero como en la mayoría de las reglas, siempre existe una excepción.
En nuestra región esa paradoja la creó Uruguay, que sin mucho recorrido por esta rama de nuestro deporte, tuvo su primera alegría hace apenas diez años, un 4 de agosto de 2013, en la jornada de cierre del Sudamericano que se celebró en Mendoza.
Hasta ese entonces arrastraba un 0-6 de Asunción 1962 (35-30 abajo ante Argentina lo más cerca que estuvo), otro 0-6 de La Paz 1974 (73-34 ante Paraguay lo más cerca), un 0-7 de Cúcuta 1984 (70-43 con Venezuela) y un 0-4 de Santiago 2010 (72-69 con Venezuela). Ninguna otra presencia internacional oficial, y un 0-23 como récord.
En suelo cuyano la escuadra charrúa inició el 31 de julio con derrota ante Venezuela por 67-46, y al día siguiente las locales no le dieron chance a la ilusión con un categórico 113-43. Cerrando ese grupo “B”, Paraguay la doblegó por 81-55. Ya en ronda consuelo la situación cambiaría.
El 3 de agosto la selección uruguaya demostró que estaba cerca de esa primera victoria. Tras un primer cuarto parejo (arriba 14-10), cedió en el segundo (18-11), se valentonó en el tercero (23-12) y finalmente se quedó con las manos vacías ante Colombia, que se llevó el último por 26-4 y coronó un 66-52 global a su favor.
A la escuadra de la banda oriental le quedaba una bala en la recámara y la supo aprovechar. En el cierre del torneo, el 4 de agosto de 2013, el partido que inició a las 15:30 ante Perú por el séptimo puesto las dejó para siempre en la historia de su país.
Con parciales de 16-16, 14-7, 12-6 y el definitorio 19-20 consiguieron por fin romper toda maldición, y a pura garra y corazón obtuvieron su primer triunfo oficial, el cual quedó rubricado por 61-49.
María Guadalupe fue la figura del match completando 23 puntos (7/8 en libres, 5/8 en dobles, 2/4 en triples), 2 rebotes (1 en ataque), 5 pérdidas, 1 tapa y 3 faltas en 40 minutos dentro del parquet. Por detrás, la otra que alcanzó el doble dígito fue María Victoria Pereyra con 14.
Ese día, a excepción de Florencia Sergio, las demás integrantes de la nómina vieron acción. Completando la inicial junto con Guadalupe y Pereyra estuvieron Florencia Somma (5 puntos), Sabina Bello (8) y Juliana Dibarboure (1).
Al tiempo que saltando desde la banca, Daniela Tovagliari arrimó 1 tanto, Fiorella Martinelli 2, Yessica López 3, Rossana Dagnino 4, mientras que Renee Dall´Orto y Mariana Sosa no anotaron.
Al año siguiente Uruguay repitió récord y víctima en el Sudamericano desarrollado en Ambato del 14 al 18 de Agosto. Tras ser último en su grupo (0-3) y perder en el arranque de la ronda consuelo ante Paraguay (77-59) volvió a ganarle a Perú; en esta ocasión por 70-57.
En 2016, en el Sudamericano de Barquisimeto la absoluta hizo frente a su único evento de nueve participantes, donde quedó con 0-4; llegando seis años más tarde a su mejor cosecha: la 2022. Triunfo ante Ecuador en el Sudamericano (récord 1-5) y alegrías sobre Chile y Bolivia en los Odesur para acabar con marca de 2-4.
Con una liga que no para de crecer y una planificación seria y a largo plazo a través de su cuerpo técnico, el seleccionado uruguayo está sembrando de manera consciente y profesional; situación que innegablemente en un futuro no muy lejano comenzará a darle más dividendos.
Fotos: Gentileza Victoria Pereyra.
Emanuel Niel
En Twitter e Instagram @EmanuNiel
DEJA UN COMENTARIO