La fusión no quiere pasar más sobresaltos y por eso puso toda la carne al asador. O al menos, a nivel contrataciones es lo que hizo.
Tras un debut sorpresivo, con derrota en el clásico ante un Ciclista Olímpico que armó su columna vertebral con las jugadoras que Quimsa dejó ir por falta de lugar, enderezó el rumbo ante Riachuelo y Montmartre, pero pese a esto no se quedó quieto.
Inició el certamen el 22 de septiembre con seis fichas mayores (el máximo permitido es 8), poniendo en cancha a Lorena Campos (clase 1999), Julia Centurión (clase 2000), Sofía Cabrera (clase 1997), Verónica Ibarra (clase 1996), Agostina Ledesma (clase 1996) y Ornella Tarchini (clase 1998).
Mantuvo esa estructura en los derbys del 30 de septiembre y 1 de octubre, pero para este próximo fin de semana contará con tres caras nuevas en la nómina adulta: Agustina García (clase 1996), Ornela Bacchini (clase 1989) y Micaela Sancisi (clase 1994).
De esta forma ya habrá usado nueve jugadoras mayores y consumado el primero de los dos recambios permitidos. La segunda de las modificaciones de estructura ya tiene nombre propio e incluso fue anunciada: Johanna Puchetti (clase 1987).
La experimentada interna, que ya jugó en el cuadro santiagueño, se sumará una vez que concluya su participación en la Copa Santa Fe, agotando con esto las posibilidades de variantes por causas deportivas. De allí en más la escuadra de Laura Cors solo podrá cambiar nombres mayores a raíz de lesiones.
Esto se desprende del punto “5.4” del reglamento vigente, cuyo título es “De los equipos”. Allí puede leerse que “(…) se podrán realizar dos (2) recambios de jugadoras mayores (20 años en adelante) de las inscriptas en la lista de buena fe durante toda la temporada (…)”.
Foto: Prensa Quimsa.
Emanuel Niel
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