A la medida de Boca

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.com.ar)
• 02/10/2006
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No hay caso, solo Boca disfruta de movida en la Liga Nacional. Es el verdadero dueño de la Copa Argentina, trofeo que levantó las cinco veces que se disputó. En una de las finales mas emocionantes de la Copa aprovechó un terrible último cuarto (26-13) para sacarle de las manos un triunfo que Peñarol ya paladeaba.

Argumentos emocionales y la enorme calidad de Lázaro Borrel y Raymundo Legaria sacaron adelante una diferencia que llegó a los 17 puntos, se plantó en 15 y casi siempre vivió en más de 10. ¿Lo pierde Peñarol? ¿Lo gana Boca?.

Siempre el ganador tiene las herramientas para quedarse con el mérito. Primero porque aún en la desventaja siempre creyó en el triunfo, después porque al básquetbol no sólo se gana con personalidad, nadie gana a las piñas. Boca tuvo la inteligencia de jugar lo que debía en el momento clave. En una noche mala de Leo Gutiérrez, Legaria tomó iniciativas con el aro y Borrel metió 8 puntos en un ratito que dio vuelta la historia.

La secuencia del final deja miles de análisis. Los protagonistas de ambos bandos culpan a los jueces. Alejandro Chitti y Pablo Estévez quisieron llevar el partido sin problemas y pitaron todo. Entonces el partido tuvo anomalías. Todo fue falta y mucho de lo que nunca se cobra se cobró.

Boca protestó el recupero final de Festa sobre Legaria por foul y Peñarol protestó varias. Lo que es indiscutible que a Peñarol le pitaron 34 faltas y a Boca 25. Cincuenta y nueve faltas es mucho para un partido.

También los nervios llevaron a fricción. Esta Copa tuvo una característica para Boca, que Pick and Roll marcó desde el primer partido y que también se puntualizó en el segundo: Boca lucha más de lo que juega. Pero esa lucha ahora le dio otro título.

La pequeña distancia que Peñarol tomó en el inició (12-9, 21-14) se fue ampliando con el correr de los minutos porque Boca desnudó problemas de equipo a la hora de fallar Gutiérrez sus habituales tiros de tres puntos. Si Leo no la mete, chau Boca. Solo Martín Leiva tenía peso en la pintura mientras desde el primer cuarto se dio una constante: Legaria aprovechando la marca de Festa para sacar ventajas. El resto de Boca desapareció en la muy buena marca de Peñarol.

El equipo de Carlos Romano utilizó primero la marcación individual pero después probó con defensas zonales (1-2-2 y 2-3) que le dieron buen rédito, aunque (como siempre) tuvo problemas con el rebote defensivo. No obstante, ahogado Boca sin gol perimetral (3/11 en el primer tiempo), Peñarol sacó diferencias corriendo el contraataque, con buenos porcentajes (6/13 triples y 10/17 en dobles) y jugando casi todo el segundo cuarto con sus dos pivotes suplentes: Pelletieri y Diez.

El tercer cuarto no cambió en la tónica. Boca seguía con Leo Gutiérrez errático, Borrel desaparecido, sin juego perimetral y Peñarol con Locatelli y Pittman discutiendo entre ellos quien seria el MVP de la noche. Pero hubo un dato mayor. La noche de los dos bases del milrayitas no fue buena. Algo que luego se agudizó en el final. La diferencia tocó la máxima de 17 (61/44) a los 5.00 del tercer cuarto pero Boca pudo cerrar con un parcial 13-6 para dejar la distancia en 10 (67-57)

Cuando comenzó el segmento final, ambos equipos sólo obtenían resultados defensivos. En tres minutos el parcial era 1-0 a favor de Boca y Romano pidió minuto. Desde una vez que Peñarol logró otra vez una diferencia de 10 puntos (69-59) Boca fue una andanada de puntos. A falta de 4.30 minutos el tablero decía 75-69, pero Legaria metió un triple, otro de Borrel y un doble del propio Lázaro y Boca se puso arriba 75-77 a falta de 3.30. Parecía increíble pero era real, la distancia que siempre estuvo en 15 se había esfumado y el partido se dio vuelta.

Desde allí sólo Josh Pittman (10 pts en el último cuarto) tuvo argumentos ofensivos para Peñarol, mientras que su equipo tomó malas decisiones ofensivas. Boca puso el partido de su lado con Legaria aprovechando el pick and roll en el eje y alimentando a Williams (y la flaqueza de Peñarol para frenar esa jugada).

Con el tablero 78-81 Pittman metió dos libres y dejó el final cerrado (80-81). Festa robó la pelota de Legaria y Pittman jugó su enésimo uno contra uno. Fueron todas las manos (y los pies) contra él y el rebote derivó en manos de Legaria que se la dio a Williams para que la vuelque. Si Williams retenía el balón el partido se hubiera terminado ahí. Pero con seis segundos le dio vida a Peñarol para una última jugada.

Festa tomó la responsabilidad que estaba diagramada para Locatelli, su tiro (incómodo) viajo muy alto y no entró. Boca fue así una vez más ganador de la Copa Argentina. Los festejos fueron tan locos como el triunfo. Un abrazo gigante, interminable de mil manos se confundió en la mitad de la cancha con los colores azul y amarillo. La gente de Peñarol (cerca de 300 personas) rindió un largo tributo a su equipo. Aunque la bronca del partido se pasará mucho después.

Síntesis
Peñarol (80): Sebastián Rodríguez 8, Juan Manuel Locatelli 19, Josh Pittman 25, Jason Osborne 6 y Gabriel Míkulas 8 (x) (FI). José Muruaga 2, Alejandro Diez 7, Marcos Mata 0, Sebastián Festa 5, Matías Pelletieri 0. DT: Carlos Romano.

Boca Juniors (83): Raymundo Legaria 16, Gustavo Oroná 4 (x), Matías Fioretti 2, Leonardo Gutiérrez 16, Martín Leiva 14 (FI); Lázaro Borrell 16, Damon Williams 5, y Luis Cequeira 10. DT: Eduardo Cadillac.

Parciales: 25-23, 50-42, 67-57
Árbitros: Pablo Estevez – Alejandro Chitti
Estadio: Newell´s (Público 4500 espectadores)

Foto: Gentileza Diario Olé

Pablo Tosal
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