“Dentro de la realidad que va pegada a la situación económica que nos rodea, lo primero que busqué es al chico Canutti que yo ya lo conocía. Cuando lo llamé tenía un yeso puesto por una fractura. El siguiente paso fue ver un base cubano que puede ser una ayuda de madurez en el perímetro pero no más que eso. Vamos a ser bien cautos. Hacía 15 ó 20 días que no jugaba ni entrenaba. Me parece que nos puede dar una mano en el perímetro y quitarle un poco de presión a mis juveniles que vienen bastante presionados por semejante responsabilidad que les cayó en esta liga. Dicho de paso, lo tengo a Ortega otra vez con una tendinitis”, deslizó.
Rabdel Hechavarría llegó al club porque se enteró de la situación que pasaba Peñarol con la ida de los extranjeros y decidió mandar sus antecedentes para que lo tengan en cuenta. Al otro día lo llamaron para verlo jugar y, más adelante, lo incorporaron. Viene de participar en la Liga Metropolitana jugando para GEBA. Hace un año y tres meses que está en el país. En febrero del año pasado se casó con una argentina. El cubano manifestó que viene a ayudar al equipo con lo que pueda aportar. “Me gusta ser bastante agresivo, pasar la pelota y el tiro de tres puntos es lo que más me gusta”, expresó.
Romano también hizo referencia a la chance de incorporar al puntaltense Roberto Canutti y, al parecer, esa posibilidad se mantiene intacta.
“Me impresionó las ganas y la madurez que tiene hablando. Después de haber jugado una liga tan dura como la de Bahía que es muy fuerte, me gustó también las ganas que tiene de venir a Peñarol. Entonces le dije que cuando le saquen el yeso, su recuperación la va a hacer acá junto con nosotros y nos conoceremos para ver qué posibilidad hay en ese momento. De ninguna manera está descartado”, aseguró el tucumano.
En cuanto a la seguidilla de lesiones y otros inconvenientes, el entrenador señaló que “los traspiés son bastante seguidos pero he aprendido que estos momentos (como cuando era jugador) hay que sobrellevarlos, hay que pasarlos. Lo que nunca me imaginé como entrenador es que no iba a poder contar nunca con el equipo que uno formó previo a la temporada. Pero, bueno, me sucedió y creo que es la forma de adquirir más experiencia en la vida. Salir de este momento tan duro -que ahora se junta con lo económico- no creo que vaya a ser fácil pero creo que va a ser importante para una estructura en el futuro”.
La gran incógnita es saber cómo hace Carlos Romano para mantener al plantel con optimismo en una situación tan crítica. Al respecto, dijo: “Gracias a Dios, hoy cuento con un Hernán (Montenegro) que tiene toda la experiencia, un Mauricio (Hedman) que es importante durante la semana para mantener un nivel de entrenamiento y un nivel de equipo que no se tiene que dañar. Y los chicos que hoy se encuentran con que cada uno jugó más de cien minutos que es muchísimo para un juvenil de 18 años en una sola liga. Entre todos apoyamos al que llega, como Amaro y ahora Hechavarría. Apoyamos a todos porque todos venimos a dar una mano para no caer a los últimos puestos que es lo más grave de cualquier liga. Cuando entra ese otro fantasma en la cabeza... Pero, bueno, es nuestra realidad”.
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