El primer tiempo mostró a un San Isidro inconexo tanto en ataque como en defensa. En el aro propio sin la concentración necesaria para adueñarse de su zona pintada y evitar el goleo de Sportivo que hizo mucho daño desde ahí, y en el aro de enfrente con muchos errores en la gestión del balón y en la concreción de los diversos sistemas ofensivos propuestos para lastimar su rival de turno. Fue así como el equipo de Suardi se fue al primer descanso corto arriba 18 – 16.
Los números en el tablero cambiaron en el segundo parcial gracias a una notoria mejoría ofensiva en el equipo dueño de casa que se tranquilizó cuando le toco ser el dueño de la bola y pudo traducir en puntos las posesiones propias. Hubo además, un sensible ajuste en el sector defensivo, en el ataque a la línea de pase rival y en la dureza a la hora de defender en los postes, que le permitió quedarse con el cuarto y cerrar la primera mitad arriba 41 – 37.
La vuelta del descanso largo encontró a un perímetro santo completamente encendido y efectivo de la mano de Jonathan Durley, que con tres triples en fila y un par más de ofensivas exitosas, le permitieron a San Isidro escaparse de Sportivo en el tanteador, y poder desde ahí jugar más tranquilo en ataque para mantener el espacio entre ambos equipos en el tablero y cerrar el juego con un 99 – 74 contundente.
Fue en los ensambles defensivos en donde quizás San Isidro se mostró más permeable y es en lo que deberá seguir trabajando el equipo de la ciudad que en la noche de miércoles tuvo a Durley como goleador del partido con 25 unidades.
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